Capítulo 60:El castigo.

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Este es el año 61 desde que estoy en este estado, hoy es un día que marcó a la humanidad de todos los continentes.

Hubo un gran ejército de muchísimo países de un continente de tamaño medio que atacó un bosque, el bosque elegido fué "El bosque del Rey", donde habitaban únicamente demonios, un elfo y una humana, el elfo conocido como un gran héroe y líder elfico y la mujer conocida por ser piadosa y amable, ambos vivían una vida tranquila en el bosque... Hasta este día.

Hoy con gran emoción Ren me contó que pronto tendría un bebé, desconocían su género y por eso quería traer a su esposa pero lamentablemente al estar embarazada no podía soportar estar en Babylon sin hacer daño al bebé.

Por eso decidió venir a informarnos que pronto nacería un bebé... Lo que nunca esperó es que los países que apoyó hace menos de veinte años, con los mismos regentes que él conocía, atacarían el bosque donde él vivía junto a su esposa.

Solo supo esta información debido a que Malekith informó de apenas pudo, obviamente todo esto fué por causa de Izu...

-Hija mía que has hecho...- ese fué el único pensamiento que tuve antes de de apresurar a mi hijo a volver... Incluso Karin, Sarion y Aron fueron a con el a proteger a la chica... Solo les deseé suerte, y les di el control del ejército de Golems.

-POV Aron-

Tanto mis hermanos como yo vamos tan rápido como podemos, pero sin la ayuda de nuestras madres no podremos llegar a otro continente en menos de un día... Incluso si nos movemos a máxima velocidad sin detenernos... Solo sé que todos partimos en la misma dirección con el mismo objetivo... Proteger a Trisha... Y al bebé que lleva dentro...

Todos estamos desesperados por llegar rápidamente, todos partimos desde puntos distintos pero cada uno lo hizo a su manera, Karin se movió a la mayor velocidad que le permitió su magia... Sarion fué el su forma de wyvern, aunque era más rápido que Karin era más lento que Ren y yo.

Ren fué corriendo, solo con el apoyo de su maná al bajar de Babylon corrió, en su camino se encontraban montañas, acantilados, pueblos, ciudades, ríos y mares... Las montañas fueron borradas como si fuesen una planicie inhabitable desde hace mucho... Los acantilados fueron saltados como si nada, pueblos y ciudades fueron devastadas bajo la luz de un rayo amarillo, ríos y mares bajo sus pies se volvieron un piso bajo sus pies.

Yo por otro lado moví al ejército de Golems, pese a que seamos fuertes no somos invulnerables... El ejercicio fué movido por mi ejército de bestias, las más grandes podían incluso moverse a la velocidad de Karin, yo por otro lado para evitar daños secundarios solo fuí saltando de punto en punto, lamentablemente el área donde aterrizaba y dónde saltaba terminó con un gran cráter.

-3era persona-

Ese día... Grandes potencias se movieron con un solo objetivo, incluso si alguien objetara, solo sería una mota de polvo a sus ojos... Ciudades fueron devastadas, países cayeron en ruinas, solo por su desesperación...

Pese a que todos tuvieron un tamaño menor a las bestias que los seguían, aún llamaron más la atención que las gigantescas bestias que se movieron tras ellos, la más pequeña podría llevar una ciudad en su espalda... Incluso así, incluso con ese poder no fueron más que el transporte del ejército más poderoso del mundo...

El destino de los grande poderes en movimiento fué un pequeño bosque solitario... Eso sería normalmente, pero ahora había un gran ejército de millones avanzando entre los árboles, para tal movimiento militar contra alguien que no trajo más que dicha a sus países... Eran codiciosos, todos tenían hambre de poder y bajó la promesa de esa mujer obtendrían poder si eliminaban al elfo y su esposa.

El nacimiento del emperador dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora