CAPÍTULO 13: Singularidad

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CAPÍTULO 13: "Singularidad"


"Pero al final, la primavera vendrá algún día,

el hielo se derretirá y fluirá lejos."

— "Singularity", BTS.


Calais está muy molesto. No sólo porque ha tenido que volver a esa realidad inestable para ver el rostro de una de las personas que más odia en el mundo (según sus propias palabras), sino también porque supo que esto iba a ocurrir, pero no pudo hacer nada para evitarlo. Es imposible pretender que los acontecimientos en un Universo caótico se mantengan lineales cuando, desde un principio, hubo cambios imperceptibles que marcaron nuevos desenlaces.

Ahora debe buscar una solución porque es la única persona en aquella habitación con la capacidad suficiente como para hacerlo. Kim SeokJin es un completo desastre en este momento y no sirve para nada.

A veces Calais odia ser tan calculador y frío como su madre Tessa cuando de trabajo se trata. Pero debe admitir que, gracias a esas características heredadas de una médica de guerra, puede resolver problemas por su propia cuenta. Esta vez no será una excepción. Aunque, pensándolo bien, quizás sí lo sea porque este es un Universo inestable, y porque está lidiando con cada una de las estúpidas y peligrosas decisiones de SeokJin que han provocado una importante alteración en el espacio tiempo. Cuando piensa en Kim SeokJin siente un desprecio muy grande, pero a la vez recuerda las palabras de su padre Baren: «No juzgues a un libro por su cubierta»; un dicho demasiado viejo y aburrido, según la opinión de Cal.

¿En verdad SeokJin es el asesino que va a desmoronar las barreras entre el tiempo y el espacio creando caos en todas las líneas temporales existentes? Ahora que Calais lo ve al borde de un ataque de pánico, aquel muchacho no le parece tan peligroso ni tan desalmado como él piensa que es. Pero, como dice su madre Tessa: «No confíes en nadie en este mundo cruel», un asesino puede esconderse detrás de cualquier rostro.

— Comienza a hablar, estúpido Jin — le insta Calais de pie frente al joven, con los brazos cruzados y una mirada amenazante.

— N-No tengo idea qué hice mal... — balbucea Jin sintiendo que el aire abandona sus pulmones, como si un par de frías y oscuras manos apretaran su garganta con mucha fuerza. Pero nadie lo está tocando siquiera.

Calais suspira cerrando sus ojos, intentado controlar su mal humor. Busca la silla del escritorio de Jin y la acerca a la cama para sentarse frente a él.

— Primero respira o tendrás un maldito desmayo y es lo último que necesito ahora — le advierte colocando una mano sobre uno de los hombros de Jin y obligándolo a que lo mire a los ojos —. Escucha mi voz, respira conmigo: adentro y afuera. Deja que el aire llene tus pulmones.

Jin obedece y poco a poco comienza a sentirse mejor. La presión en su cuello se desvanece y el aire entra a sus pulmones con facilidad. Cal aleja su mano y vuelve a cruzarse de brazos. Ha optado por ser indulgente, como lo es su madre con aquellos enfermos que atiende en el campo de refugiados. Quizás no debería juzgar las acciones de Kim SeokJin sin conocerlo, pero aún le es inevitable sentir desprecio.

— Ahora, cuéntame todo desde el principio...

SeokJin suspira, se pone de pie y comienza a hablar de inmediato, relatando con detalles cómo ha sido su día a día desde la última vez que se vieron. Calais bosteza aburrido, pero decide dejar que el muchacho se exprese porque parece necesitarlo.

TAIMU FURAIYAADonde viven las historias. Descúbrelo ahora