Capítulo 1

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Pov Astrid

-3 meses antes-


La primavera en Corea del Sur era de las peores torturas que podría alguien vivir si estabas en un departamento sin aire acondicionado, aun sentada en el suelo de madera con la laptop balanceándose en mis rodillas, podía sentir mi blusa pegándose a mi espalda como una segunda piel.

-Al menos trabajar en una oficina te libraría de éste calor Astrid. –Me volvió a decir Jiyu por tercera vez en la semana, ella estaba tirada en mi sofá abanicándose con una revista. –A veces siento que tienes agorafobia y por eso sigues en ese maldito empleo.

-Te he dicho que no está tan mal. –Alcé la mirada de mi laptop. –Es el único trabajo que he encontrado donde no me piden tener mínimo un año de experiencia trabajando en Corea.

-Si no tuviese a Hana, fuese extranjera como tú y tuviera tu edad, estaría trabajando de mesera en un bar. – Mi vecina/mejor amiga, se incorporó para verme a la cara. – Acostándome con cada chico guapo que encontrara allá afuera y yendo de fiesta diario. Es Sábado y mira donde estás.

Jiyu tenía las ideas más extrañas, no pude evitar reírme.

-No quiero tener un coctel de enfermedades venéreas, gracias. –Le contesté.

-Hablo enserio Astrid. –Jiyu puso ese tono de mamá regañona que en ocasiones ocupaba conmigo, a pesar de ser solo siete años mayor que yo. –Tienes un trabajo desde casa, solo vas a la oficina dos o tres veces al mes, y a veces creo que no sales a la calle por días enteros.

-¡Tengo videollamadas todo el día con los directivos! –Me defendí.

-¡Pues renuncia a ese estúpido traba... -Un fuerte pitido la interrumpió de seguirme gritando.

Ambas giramos a ver mi celular que vibraba a un lado mío, era un número desconocido lo cual era extraño, nadie que no fuera Jiyu, Seojun y mi jefe conocían mi teléfono.

-¿Diga? –Contesté.

-¿La señorita Astrid Young? –Dijo un hombre a través del auricular.

-... Así es ¿Quién habla?

El hombre se aclaró la garganta. – Su amigo Kang Seojun nos proporcionó su teléfono, nos mencionó que es usted traductora.

-Así es... - Repetí, muy confundida, miré a Jiyu que me veía igual de confundida, me encogí de hombros. - ¿Cuál es el motivo de ésta llamada, disculpe?

-Soy gerente en la compañía donde labora su amigo Kang, señorita Young, hablo porque necesitamos de urgencia un traductor ya que el nuestro canceló de última hora y no nos podemos demorar un día más. El señor Kang nos dijo que es usted excelente en su trabajo y nos proporcionó su información así que...

Estaba desorientada... Kang Seojun era junto con Jiyu, mis únicos amigos en todo el mundo desde que me había mudado a Corea meses antes, Jiyu era ama de casa tiempo completo, y Seojun era contador... ¿Cómo podían necesitar en su empresa una traductora? Seojun se había encargado de decirnos a ambas que su empleo era el más aburrido de todos ya que era el encargado de las todas las finanzas de una empresa, a diario se quejaba de no salir de su escritorio. Cuando le preguntábamos dónde trabajaba, el sólo decía "en un maldito lugar donde sólo les importa la calculadora que tengo por cabeza"

El hombre había seguido hablando hasta que su repentino silencio me hizo regresar a la conversación.

-¿Entonces requieren de mis servicios? –Pregunté, dubitativa.

Sólo dame 90 díasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora