[𝕂ℕ𝕐] Grandes y abruptos cambios están a la vuelta de la esquina para Genya. Un amable muchacho que se acostumbró a callar y dejar que el resto moldeara una idea falsa sobre su personalidad.
Un chiquillo que representa a la perfección el dicho: "...
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Su relación con el marido de su madre no es… especialmente afectiva. Genya pasó por demasiado; para el momento en el que el hombre apareció en sus vidas, el chico dejó claro que no quería, ni necesitaba, un padre. Por eso, no hacen más que respetarse mutuamente, al sentirse de alguna forma identificados el uno con el otro; perdieron mucho en momentos diferentes, pero ahora viven para proteger a sus seres queridos.
— Buena suerte muchacho.
— Gracias.
Para su estadía en la ciudad, y gracias a la beca que dio inicio a todo en primer lugar, recibió ayuda económica por parte de la academia con la que se logró costear el arriendo de un departamento pequeño; amueblado, con una cocina abierta fusionada con la sala, un baño y una habitacion, suficiente para su supervivencia.
Suspiro; no pensaba independizarse tan pronto, es más, esperaba llevarse a alguno de sus hermanos consigo cuando el momento llegará. Pero ahí está, parado en el silencioso lugar que será su hogar de ahí a los siguientes cuatro años. Sin muchas opciones, dedico lo que le quedaba de tarde a desempacar. Acabo entrada la noche, se dio una ducha y se fue a dormir. Tiene una semana por delante para adaptarse antes de que el año académico empiece.
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Era temprano y no hacía más que maldecir, después de pasar los días más monótonos y aburridos de toda su existencia, se encontraba dando vueltas por el departamento. La alarma de su teléfono no había sonado así que iba con el tiempo justo a su primer día de clases.
“Vaya suerte, maldición”
Corrió como nunca a la estación del autobús, subiendo rápido al necesario y pagando aun con la respiración agitada. Se molesto más pues le tocó ir de pie.
“Si me hubiera levantado a la hora habría ido caminando, maldita sea”
Suspiro cuando el incómodo viaje acabó y recorrio el par de calles restantes, así apareció la academia en su campo de visión. Y qué lugar… tremendo. Se acercó y atravesó la entrada, de inmediato atrapó las miradas de los demás estudiantes a su alrededor, incomodando rápidamente. Para su sorpresa, al minuto el ambiente se tornó más ameno; en vez de permanecer cuchicheando sobre él, cada quien siguió con lo suyo. Siguió su camino sintiéndose aliviado, mas no confiado, ya le habían visto por lo que supuso que el análisis ya lo tenían bien hecho.
