— Buenos días Shinazugawa-san. — Decir que no se le pusieron los pelos de punta sería mentira. Ya es miércoles y Genya aún no se acostumbra a que la muchacha Kamado lo saludé cada mañana al llegar a la sala. No es que Nezuko le interese de alguna manera romántica, es que en su vida jamás se ha acercado a una chica que no fuera una de sus hermanitas; realmente le aterra hacer algo mal y dar una mala imagen a la, ciertamente, adorable jovencita.
— Kamado-san. — Con un asentimiento, mostrando seriedad, la saludo de vuelta y se fue a sentar. Mientras se piensa como diablos hacen estos hermanos para llegar tan temprano, y cómo podría él hacer lo mismo… la chiquilla de ojos rosados siguió platicando con la misma rubia que se sienta siempre a su lado, quien por cierto, se mordía las uñas con nerviosismo.
— Nee, Senritsu… ¿Estás bien? — La nombrada se tomó un momento para respirar y suspirar como si se le escapara la vida por los pulmones. Miro con ojitos de cachorro a la azabache de mechones anaranjados.
— Ne-zu-ko. — Lloriqueo. — Ha pasado una semana y el chico que debería hacer las revisiones de uniforme ni siquiera se ha presentado a la escuela… — Con los ánimos por los suelos dejó caer su frente contra el pupitre. — Tome el mandato del comité este año pero nadie me toma en serio, es ridículo. ¿Por qué el director me metió en esto…? — Agatsuma Senritsu, de primer año, recientemente asignada como la presidenta del comité estudiantil de disciplina y convivencia escolar. La pobrecita suele ser un manojo de nervios, conocida por largarse a llorar rápidamente si es que se siente superada y por pasársela suspirando corazones por los chicos atractivos de todo el lugar.
Es cierto que no la toman en serio, pero su amiga sabe que no es porque la de ojos miel sea inútil o algo por el estilo. — Bueno, es natural que te vean así. — Le dijo. — Tú misma eres la que se ve como una payasa, cuando cambies esa actitud los demás entenderán por qué tienes toda una oficina solo para ti.
— ¡Waaaaah! ¡Nezuko! — Estalló en llanto, lanzándose a abrazar a su amiga. — ¡Eres tan cruel! — Pero tiene razón.
— Buenas tardes, director Ubuyashiki. — Saludo el chico del mohicano, al abrir la puerta y entrar a la ordenada oficina del hombre.
— Pasa, pasa Shinazugawa. — Invitó el mayor con tranquilidad. — ¿Qué te trae aquí? — Aguardo paciente a que el muchacho tomara asiento. Entonces, con una onda respiración hablo ya sin mayor problema.
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Las Apariencias Engañan
Fanfic[𝕂ℕ𝕐] Grandes y abruptos cambios están a la vuelta de la esquina para Genya. Un amable muchacho que se acostumbró a callar y dejar que el resto moldeara una idea falsa sobre su personalidad. Un chiquillo que representa a la perfección el dicho: "...