Memoria 16

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El olor del incienso me calmaba un poco, ahora no podía dejar de llorar porque estaba frente a su tumba otra vez, pero al menos sé que podíamos compartir los fideos que tanto le gustaban y podíamos conversar un rato, aunque era más bien una charla unilateral pero igual él siempre fue bueno escuchando.

- Kei, siento que te debo una disculpa más apropiada por todo, no pude impedir que fueras a esa pelea,  tampoco fui a tu funeral, y aún después de todo eso no pude aceptar tu muerte... te juro que si lo hubiese aceptado antes no hubiera vuelto a Tokyo ni hubiera estudiado veterinaria, pero aún así no me arrepiento de nada, porque Chifuyu y Kazutora están atendiendo la tienda de mascotas que siempre quisiste tener, y de estar aquí, sé que me encargarías a mi personalmente la salud de tus animalitos - sonreí con tristeza antes de suspirar - ¿sabes? Creí que al volver a Tokyo te encontraría casado y con hijos, pero de alguna forma quería mantener la esperanza de que estuvieras soltero y esperando por mi, porque recuerdo con especial cariño el día que supe que solo tenías ojos para mi, y tal vez nunca te lo dije pero esa otra fiesta a la que me invitaste siempre será de mis recuerdos más preciados...

Cuando me invitaste a otra fiesta de la ToMan, el plan de siempre volvió a funcionar y para mi era maravilloso poder viajar detrás de Baji en su motocicleta, sintiendo el fresco viento en mi rostro y lo cálido que él era, y el viaje había sido tan placentero que ni siquiera me di cuenta cuando llegamos al vertedero donde siempre hacían sus fiestas.

En algún punto me fui a platicar con Emma y Draken, los tres reíamos por tonterías y era agradable verlos, insistían en que no eran pareja pero transmitían una energía muy adorable, de esas que solo parejas muy enamoradas y metidas en su mundo transmiten, y en lo que conversábamos más sobre nuestras escuelas, Draken de repente se agachó a susurrarle algo a Emma, y sus ojos se abrieron en sorpresa al voltear a ver a la gente en la fiesta.

- ¿Sucede algo? - Pregunté con curiosidad

- Bueno... es que vino una chica que desde que la conocemos siempre ha intentado algo con Baji - respondió Emma

- Tranquila Reiko, él nunca le ha hecho caso - Añadió Draken

- Excepto por aquella vez que sí bailaron juntos - dijo mi amiga como si recordara vívidamente haberlos visto

- Ah, fue la vez antes que dejara de venir a las fiestas, huh, deberíamos ver cómo es que responde, seguro será interesante de ver - Draken sonreía con cierta malicia, aunque tenía razón, llevábamos poco de empezar a salir, así que solo veríamos como se desarrollaba ese problema.

Aquella chica de largo cabello negro que llegaba hasta su cintura, mechones rubios, piernas largas y un cuerpo con curvas, por un momento me sentí un poco preocupada, esa chica era muy bonita, y yo no sentía que resaltaba, yo ni siquiera tenía el cabello pintado, quería ir a decirle que se alejara de él en cuanto la vi poner sus manos sobre los hombros de mi novio, pero él solo se quitó, ni siquiera volteó a verla, lo intentó un par de veces más pero él solo se movía, tal vez ella no podía verlo desde donde estaba, pero podía ver que estaba fastidiado. La chica se rindió y parecía que se dirigía a nosotros.

Al llegar, la bella chica suspiró y tomó una botella de agua - ¡Emma! Nada funciona, Baji no me hace caso - lloriqueó y se interpuso entre mi amiga y yo, como si yo no estuviera ahí

- Te dije que no iba a funcionar, él tiene gustos más específicos - respondió Emma

- ¿Entonces por qué me invitó Mikey? Pensé que tendría una oportunidad -

- Aoi, ahí estás - hablando del rey de roma, Mikey hizo acto de presencia - ¿hablaban de mi? - llegó tan contento y despreocupado como lo recordaba

Broken promisesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora