El olor del incienso me calmaba un poco, ahora no podía dejar de llorar porque estaba frente a su tumba otra vez, pero al menos sé que podíamos compartir los fideos que tanto le gustaban y podíamos conversar un rato, aunque era más bien una charla unilateral pero igual él siempre fue bueno escuchando.
- Kei, siento que te debo una disculpa más apropiada por todo, no pude impedir que fueras a esa pelea, tampoco fui a tu funeral, y aún después de todo eso no pude aceptar tu muerte... te juro que si lo hubiese aceptado antes no hubiera vuelto a Tokyo ni hubiera estudiado veterinaria, pero aún así no me arrepiento de nada, porque Chifuyu y Kazutora están atendiendo la tienda de mascotas que siempre quisiste tener, y de estar aquí, sé que me encargarías a mi personalmente la salud de tus animalitos - sonreí con tristeza antes de suspirar - ¿sabes? Creí que al volver a Tokyo te encontraría casado y con hijos, pero de alguna forma quería mantener la esperanza de que estuvieras soltero y esperando por mi, porque recuerdo con especial cariño el día que supe que solo tenías ojos para mi, y tal vez nunca te lo dije pero esa otra fiesta a la que me invitaste siempre será de mis recuerdos más preciados...
Cuando me invitaste a otra fiesta de la ToMan, el plan de siempre volvió a funcionar y para mi era maravilloso poder viajar detrás de Baji en su motocicleta, sintiendo el fresco viento en mi rostro y lo cálido que él era, y el viaje había sido tan placentero que ni siquiera me di cuenta cuando llegamos al vertedero donde siempre hacían sus fiestas.
En algún punto me fui a platicar con Emma y Draken, los tres reíamos por tonterías y era agradable verlos, insistían en que no eran pareja pero transmitían una energía muy adorable, de esas que solo parejas muy enamoradas y metidas en su mundo transmiten, y en lo que conversábamos más sobre nuestras escuelas, Draken de repente se agachó a susurrarle algo a Emma, y sus ojos se abrieron en sorpresa al voltear a ver a la gente en la fiesta.
- ¿Sucede algo? - Pregunté con curiosidad
- Bueno... es que vino una chica que desde que la conocemos siempre ha intentado algo con Baji - respondió Emma
- Tranquila Reiko, él nunca le ha hecho caso - Añadió Draken
- Excepto por aquella vez que sí bailaron juntos - dijo mi amiga como si recordara vívidamente haberlos visto
- Ah, fue la vez antes que dejara de venir a las fiestas, huh, deberíamos ver cómo es que responde, seguro será interesante de ver - Draken sonreía con cierta malicia, aunque tenía razón, llevábamos poco de empezar a salir, así que solo veríamos como se desarrollaba ese problema.
Aquella chica de largo cabello negro que llegaba hasta su cintura, mechones rubios, piernas largas y un cuerpo con curvas, por un momento me sentí un poco preocupada, esa chica era muy bonita, y yo no sentía que resaltaba, yo ni siquiera tenía el cabello pintado, quería ir a decirle que se alejara de él en cuanto la vi poner sus manos sobre los hombros de mi novio, pero él solo se quitó, ni siquiera volteó a verla, lo intentó un par de veces más pero él solo se movía, tal vez ella no podía verlo desde donde estaba, pero podía ver que estaba fastidiado. La chica se rindió y parecía que se dirigía a nosotros.
Al llegar, la bella chica suspiró y tomó una botella de agua - ¡Emma! Nada funciona, Baji no me hace caso - lloriqueó y se interpuso entre mi amiga y yo, como si yo no estuviera ahí
- Te dije que no iba a funcionar, él tiene gustos más específicos - respondió Emma
- ¿Entonces por qué me invitó Mikey? Pensé que tendría una oportunidad -
- Aoi, ahí estás - hablando del rey de roma, Mikey hizo acto de presencia - ¿hablaban de mi? - llegó tan contento y despreocupado como lo recordaba
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Broken promises
FanfictionKeisuke Baji siempre fue difícil de describir, pero de entre todas las cosas que puedo decir, hay varios adjetivos que le quedan bien, tales como impredecible, fuerte, enigmático, caótico, pero principalmente honesto, siempre fue un chico de palabra...