Jun 2018... Guapo, rico y en consonancia conmigo. Era exactamente el tipo de hombre con el que me podía obsesionar, y no de un modo sano.
-¡Laynie! -El grito del cliente habitual de antes me apartó de los intensos ojos grises del desconocido-. Me voy. Quería felicitarte de nuevo y desearte buena suerte. Y mira, aquí tienes mi teléfono. Llámame alguna vez. Puedo ayudarte a mantenerte ocupada durante tu semana de descanso.
-Gracias, eh... -leí el nombre escrito en la servilleta que me había dado: Matt. Esperé a que se hubiera ido antes de lanzarla a la basura debajo de la barra y entonces crucé la mirada con el del traje.
-¿Haces eso con todos los teléfonos que te dan?
Me detuve. No es que no hubiera salido nunca con algún cliente, pero en ningún caso con un habitual. Era una norma. No quería volver a verlos. Demasiada tentación para volverme loca por ellos.
Sin embargo, no tenía ningún interés en mantener esa conversación con el del traje. Como su mirada estaba constantemente fija en mí, al final concluí que no era y o la única que se sentía atraída. No después de que me diera una propina tan generosa.
-¿Estás tratando de averiguar si tiraría tu número de teléfono?
Se rió.
-Puede ser.
Su reacción provocó mi sonrisa e hizo que la humedad que sentía entre las piernas se volviera más densa. Era divertido flirtear con él. Muy mal. Tenía que ponerle fin. Coloqué las manos sobre la barra y me incliné hacia él para que pudiera oírme mejor por encima de la música, tratando de no deleitarme con la abrasadora mirada que lanzó a mi pecho.
-El tuyo no lo tiraría. Nunca te lo cogería.
Entrecerró los ojos, pero la risa de antes seguía presente en ellos.
-¿No soy tu tipo?
-No es por eso precisamente. -Fingir que no me sentía atraída por él era inútil. Ya tenía que ser consciente de cómo reaccionaba ante él.
-Entonces, ¿por qué?
-Porque estás buscando algo pasajero. Algo divertido con lo que jugar. -Me incliné aún más sobre él para asestar mi frase final, la que haría desistir incluso al más fogoso de los hombres-: Y y o soy de las que se encariñan. -Me incorporé del todo para ver su reacción-. ¿A que con esto te acabas de acojonar?
Esperaba ver el pánico reflejado en su rostro. En lugar de eso, vi un atisbo de sonrisa.
-Alayna Withers...
-¿Juliet? -cuestionó una voz distrayendo a la joven de lo que estaba sucediendo en la novela. Recién la había comenzado a leer; y por eso no apartó la vista.
-Alayna Withers, tú puedes hacer de todo menos asustarme. -Y a pesar de lo que había dicho, se puso de pie y se abotonó la chaqueta-. Felicidades de nuevo. Todo un logro.
Me quedé mirándolo un buen rato mientras se alejaba, más alicaída por su repentina marcha de lo que estaba dispuesta a admitir. Tardé unos cinco minutos desde que se fué en darme cuenta de que yo no le había dicho mi nombre. ¹
-¿Juliet? -repitió. La nombrada sin más remedio dejó el móvil y atendió a la impaciente chica.
-Cielos... -susurró Juliet irritada-. ¿Qué? -vió a la mayor de las hijas del Sr Nelsson-: ¿Kelsey? -suspiró regresando la vista al móvil-, si buscas a tu padre, él se fué hace un rato.
-Lo sé. -respondió Kelsey. Impaciente-. Se suponía que debías estar limpiando la tienda y acomodando los discos -reprochó.
-Y lo haré. En un rato -Resaltó Juliet, pero la menor, seguía de pié frente a ella- ¿Necesitas algo más? -alzó una ceja.
Kelsey relajó los hombros -Sip -hizo pausa-, un favor tuyo.
Juliet se lo pensó. -Depende
-Que cuides a Maddy esta noche. Mi papá irá a Houston y necesito ir a un sitio. -dijo Kelsey-. Pide lo que quieras a cambio... -negoció, espectante.
Juliet sonrió satisfecha. -¿Lo que quiera? ...
•••
-Hasta cuando seguiremos aquí? -cuestionó la rubia sin aliento, abanicándose con las manos. Todavía seguía acomodando algunos estantes de discos.
-Aún falta ese de ahí -señaló Juliet hacia la última estantería, Kelssy parecía desvanecerse y la pelicastaña rió ante su acción-. Vete, yo termino el resto.
-¡¿En serio?! -celebró alzando los brazos al cielo-. Entonces nos vemos a las 9 -se levantó del piso sobre su metro sesenta y nueve. Sacudiéndose la falda.
-Hasta luego, y gracias por tus servicios -dijo Juliet, jocosa.
Rió -Hasta luego, J.
Lo cierto es que ambas se conocen desde la infancia, y la relación siempre fué buena, no obstante, lo ocurrido en Julio del 2016 no solo volcó la vida de Juliet, sinó, trajo daños colaterales: y uno de ellos fué Kelsey.
-Veamos que hay aquí -se dijo así misma, urgando algunos cajones.
Los Backstreet Boys sonaban en el iPod cuando se preparaba para limpiar las cosas de la última caja. Se fijó en el letrero de la parte delantera, que la identificaba. «Estrellas Perdidas»
Al leerlo parecía un título aparentemente normal. Pero si lo leía una vez más, ese extraño presentimiento similar al de un deja vu, la atormentaba.
Excavó entre los trastes: habían cintas dentro de una pequeña cajita. Se diferenciaban por las fechas, y una de ellas tenía en la parte superior una nota escrita a mano. Era una cita.
"July 26 2016 22:47
"Si lo que tú has encontrado está formado por materia pura, jamás se pudrirá. Si fué solo un momento de luz, como la explosión de una estrella, entonces no encontrarás nada cuando regreses. Pero habrás visto una explosión de luz. Y esto solo ya habrá valido la pena." -P. Coelho.
•••••••
¹ Trilogía Eres mi adicción I_ Laurelin Paige_ Adicta a tíPD: El libro anterior no guarda ninguna relación con la trama de esta novela. Tampoco se desea llegar a ningún fin al ponerla, más bien se le da publicidad.
Gracias!

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Cinema
RomanceSinopsis Para Juliet, una joven rebelde, mudarse a la casa de su abuela parece ser una pesadilla. Mientras se acostumbra a volver a vivir en el aburrido pueblo de Arizona, descubre una caja con cintas de video en una mugrienta tienda de discos. Lo...