Cuando nos hicimos amigos...

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"Aburridoooooooo...."

Era el único pensamiento que tenia en mi mente, justo ahora me encontraba saliendo del instituto, las clases habían terminado por fin y yo pude respirar aire fresco de nuevo.

No es que no me guste estudiar... solo que escribir en un cuaderno cosas que después se que olvidare algún día no es un buen motivador, han pasado 3 días desde el incidente con mi teléfono perdido, le prometí a Shinichiro que al menos asistiría por un mes a la escuela sin faltas para que pudiera ayudarme a pagar uno nuevo.

Lo único que la hace tolerable es el hecho de que pasó más tiempo con mis amigos, aunque Baji se sigue burlando de mi, creo que mañana lo golpeare.

Las chicas se han vuelto más molestosas que antes, ahora que notan que voy más seguido a clase se la pasan mirándome e cruzándose conmigo "coincidentemente", tal parece que ser frío con ellas solo empeora las cosas para mi ¿Acaso son masoquistas o que?.

Ahora estoy caminando hacia el gran roble como suelo hacerlo, se que Shinichiro se enojara pero no es como si me importase, el trato era que fuera a la escuela todos los días, eso no incluía ir a casa enseguida de salir de clase ¿no?.

Después de caminar entre las calles decoradas del pueblo y caminando a través del prado frente a la colina, al quitarme los auriculares noto que ya he llegado al gran árbol blanco, el que haya sucedido ese problema con ese tipo no significaba que no iba a volver, este era mi lugar favorito y seguramente el otro sujeto no iba a volver a aparecer.

Después de caminar entre las calles decoradas del pueblo y caminando a través del prado frente a la colina, al quitarme los auriculares noto que ya he llegado al gran árbol blanco, el que haya sucedido ese problema con ese tipo no significaba que ...

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Se recostó en el tallo del árbol y puso sus brazos como almohada, se dispuso a observar el atardecer y a disfrutar de su soledad y su espacio como usualmente lo hacia... o ese era el plan.

—Oh, pero si es el onissan que pelea con las ardillas—.

Y todo se arruinó.

Levantó la mirada buscando al responsable de fastidiarle el día, igualmente ya se estaba haciendo una idea de quien era lo que le hizo fruncir el ceño.

—¿Quieres superar eso de una maldita vez?— voceó hacia la nada esperando una respuesta de cualquier lugar, seguía buscando a la persona con la mirada.

—Tienes que admitir que eso no se ve todos los días— espeta con diversión, el de cabellos rubios instintivamente miro arriba, hacia una de las ramas gruesas del gran árbol, visualizando a la figura sentada de un joven delgado, cabellos negros y ojos celestes,dedicandole una fina sonrisa mientras columpiaba ambos pies.

—¿Que estás haciendo aquí? ¿Me estás acosando? Podría demandarte por eso—. Cruzando sus brazos dice mientras le mira indiferente.

—Deberías bajarle un poco a tu ego, seguramente no tienes amigos— afirma haciendo un mohín, esto causa que el otro empiece a tener un tic en el ojo.

—No respondiste a mi pregunta, yo he llegado aquí desde hace mucho tiempo, este es mi lugar, lárgate antes de que te golpee—.

—No deberías resolver todo con la violencia, eso te traerá problemas un día—. Fue ignorado por el ojinegro así que solo suspiro— Yo siempre vengo aquí y me quedo por unas horas, que tú no me veas aquí arriba es tu problema—.

Los Arboles Gemelos |Maitake|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora