✦ • seis.

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—Eu ¿Estás bien?— Iván sintió que su novio dejaba de abrazarlo.

—Voy a tomar agua— se levantó de la cama agarrando su teléfono y salió de la habitación.

Buhajeruk volvió a dejar caer su cuerpo, se acomodó en la almohada pero a pesar de eso el sueño no llegó.

Últimamente Carrera andaba desanimado, estos días que se quedó en el departamento de Iván se acostumbró a levantarse e ir por agua a las tres de la mañana.

Le pasaba algo, quería saberlo pero cree que el mayor le dirá que no puede saberlo. Era muy inseguro.

Por otro lado Rodrigo se sentía horrible, las palabras que había dicho su amigo ¿Tenían razón? Claro que sí.

Quería mucho a Iván y sabía que en silencio no lograría nada.

Se sirvió un poco de agua en su taza de gatito.

Hace dos mese que había insistido al menor para que compraran unas tazas de pareja con emotivo de gatitos, su animal farovito.

Iván al principio dijo que no, pero al día siguiente llegó al departamento con una bolsa rosa y las tazas adentro.

Siempre le había gustado usar todo lo que usan las parejas. Compraron medias de colores que tenían pequeñas imágenes de panditas o gatitos.

O las pulseras que Rodrigo hizo con su amiga Valentina, aquellos que tienen sus nombres.

Rodrigo tiene el nombre de Iván y viceversa.

Tomó un poco de agua, le ayudaba bastante a pensar y sobretodo a esas horas. Quería tranquilidad.

—Rodri ¿Me estás escondiendo algo?— el menor llegó de la nada sorprendiendo al más bajito.

—No pasa nada, Ivi~ anda a dormir, tenés que estar cansado.

—Sabés que no me gustan las mentiras, dale, decime que te pasa.

Uh, que difícil que era este asunto.

—A parte de ser tu novio, soy tu mejor amigo, podés confiar en mí.

El ojiverde dejó la taza de lado soltando un gran suspiro, claro que confiaba en él pero prefería guardárselo todo para él y tratar de resolverlo de alguna u otra forma.

—Ro, tenés que confiar en mí.

El más alto tomó la cintura de su novio, haciendo que se siente en la barra. Tomó sus pequeñas manos entrelazando sus dedos lentamente mientras sonreía. Estaba siendo cariñoso.

—Dale bebé, decime qué es lo que te pasa— pasó una mano por su mejilla, acariciándola.

El más bajo se dejó mimar un rato, parecía un pequeño gato en busca de cariño.

—Me siento inseguro... sé que me decís que nunca nos vamos a separar pero tengo miedo, de que vos te alejés de mí.

Hizo una pausa para mirar al Santafesino.

—Vos sabés muy bien lo que pasó hace un año, no quiero que se vuelva a repetir, sé que no te gustan mucho las personas que son cariñosas pero aún así no quiero que te alejés de mí.

Iván sintió como si le hubieran clavado una espada en el corazón, le dolía ver en ese estado al mayor. Se prometió darle seguridad y amor.

Pero no salió como quería.

—Por favor Ivi, no te alejés de mí.

Buhajeruk lo miró a los ojos, los tenía decaídos y unas ojeras gobernaban aquella parte. En las semanas de exámenes era difícil para ellos poder estar juntos.

Cosa la cual aumentó la inseguridad en el mayor.

—Rodri— habló llamando la atención del contrario. —Perdón por haberte dado esa inseguridad. No estoy acostumbrado a ser afectuoso en público por el miedo de que venga alguien con su opinión a criticarnos, sé que no tendría que afectarme pero vos te sentís mal con eso. Mí trabajo es hacerte feliz, sabés que soy alguien poco afectivo pero a pesar de eso siempre he tratado de serlo para vos, ni con mis viejos soy así.

El mayor hizo un leve puchero triste evitando llorar. Pero cuando uno va contra los sentimientos que tenemos guardados es imposible ganar.

—Te amo, te quiero, te adoro, me encantás. Quiero que sepas que si en algún momento decidís terminar, yo voy a seguir cuidándote. Voy a seguir a tu lado dando el apoyo necesario, vamos un año y dos meses. Es suficiente prueba para saber que si estoy con vos no es un chiste y me lo estoy tomando en serio todo.

Para cuando terminó de hablar, el más bajo soltaba lágrimas.

El estrés más la inseguridad era lo pero que una persona podía sentir.

Abrazó al más alto por el cuello dejando salir todos los sentimientos guardados durante un mes.

Iván dio pequeñas palmaditas en la espalda del más bajito, acariciaba su pelo y dejaba pequeños besos en sus hombros y clavículas descubiertas.

—Yo también te amo mucho, Ivi, perdón por ser inseguro con esto.

Cuando se separaron comenzó a limpiarse el rastro de lágrimas.

—Si tenés alguna inseguridad solo decime, estoy para vos. Si hay algún tarado que te molesta, decime y lo cago a trompadas.

Rodrigo soltó una risa, sabía que su novio no era capaz de hacer tal cosa.

—No creo que le duela si lo golpeás.

—Siquiera dejame imaginar que lo hago y le duele.

Dejó un pequeño beso en las mejillas del mayor abrazando su esbelto cuerpo.

—Te amo, no lo olvidés.

—Yo también.

Ambos se acercaron hasta que sus labios chocaron, comenzando un beso lleno de amor.

Transmitiendo esa confianza que faltaba en la relación.

Esta es la historia de una pareja que poco a poco pudieron superar aquellos pequeños sentimientos de desconfianza y también dónde Rodrigo no puede evitar ser pegajoso con su novio.

𝐕𝐄𝐑𝐘 𝐒𝐓𝐈𝐂𝐊𝐘 » rodrivan.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora