«ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs ɪɴsᴘɪʀᴀᴅᴏs ᴇɴ ᴄᴀɴᴄɪᴏɴᴇs»

#1; La casada, Las Pastillas Del Abuelo

protagonistas; Cazzu, Ecko.

Narra Ignacio:

— sos una pelotuda — dije mientras me reía de un chiste que había contado mi amiga Paloma, hasta que mis ojos chocaron con los de ella.

La fiché desde lejos moviendo su cintura, y al ritmo de su cuerpo mi mirada bailó.

— dicho socio si es que existe dueño de esa perla — asentí lentamente por lo que había dicho mi amiga, sin quitarle la mirada de encima.

y ahí nomás, ni papel ni biromes, derechito al hotel.

En realidad fuimos a mi casa, pero la mayoría de mis amigos le decía así a mi propia casa, que falta de respeto.

(...)

— antes que nada, quiero que sepas que tengo pareja, aunque ahora estamos teniendo problemas...— hizo una mueca — quizás otra cosa que tenés que saber de mí es que no soporto a la gente de mal humor.— negó, yo estaba en frente de ella, no quería hacer nada para interrumpirla, solo escucharla, estar con ella, con ese ser que me transmitía tanta paz.

(...)

poco tiempo después descubrí que enloquecía con los besos en la oreja, que en la cama y desnuda, baila mucho mejor.

(...)

Ella era lo mejor que me había pasado, le caía bien a todos mis sentidos, lástima cuando él, era el tema de hablar.

En un momento, su confesión lastimó mis oídos.

— yo no lo puedo dejar Nacho, Tomás lo es todo para mí, aunque ahora estemos confundidos.— dijo cabizbaja.
me dije: "no te escuches, no te ahogues en su mar."

En todo este tiempo abrí de par en par las puertas de mi alma y dejé que saliera mi secreto peor, disimulando lo triste y conservando la calma le dije:
"— Aunque no creas, estoy buscando amor. —"

(...)

Nos rendimos los dos a fingir que yo era su marido y que ella era mi mujer, pero al cabo de un tiempo yo no quería ser su "esposo", y ella quiso volver a ser la dama infiel.

(...)

Ahora ella está feliz, volvió con el idiota, yo recorro las calles buscando otra mujer.
Aprendí que mentirse tiene patas muy cortas, que siempre la costumbre va a matar al placer.