Falsa Identidad [Klano]

TRES

Kengkla salió disparado a su hotel duro como una roca y sin poder creer la excitación que un Omega, que en fotos le pareció irrelevante, le provocaba. Inicialmente, iba a comprarlo con palabras dulces, luego le ofrecería una desorbitante suma de dinero, le lloraría un poco de ser necesario, para que de esa manera quedara alimentado sobre una posible "venganza" y listo. Pero su Alfa quería al Omega, y no quería esperar. Por eso recurrió rápidamente al plan que en otra situación habría evitado.

Cuando llegó al hotel seguía demasiado duro y dolía, y si bien su Alfa se negó, en cuanto se le ofrecieron se la llevó a la persona a su habitación. Dejó que le diera trabajo oral. Era alguien muy agraciada, pero cuando la veía succionarlo, Kengkla reemplazó su rostro por el de Sky.

—Más... —murmuró cuando tomó del cabello y la obligó a tragárselo más profundo y más rápido. Kengkla veía rostro sudado de Sky en ella, imaginaba que era lengua jugando con su miembro. Imaginaba que el cabello que tiraba era el de Sky—. Sí... así —todo eso lo hizo venirse en chorros—. Aaahhh... ¡Sí.... sí...! Estuvo bien —Porque que no era Sky. Sabía que el Omega sería mucho mejor que esta persona. De repente, estaba ansioso para que Sky fuera su esposo.

Más tarde, después de asearse, llamó a su padre para informarle que adoptaría a Technic y se casaría con Sky. Le mentiría, diría que a esos niveles lo llevó el ex amante de Pat.

*** 

Sky estaba lejos de ser un Omega común. Kengkla no sabía cómo pensó de esa forma alguna vez. Era todo lo opuesto a común e irrelevante, Sky era una bomba sexual, y eso él había estado rodeado de muchas, pero Sky superaba a todas. ¿Cómo es que su hermano lo había cambiado por un Beta? Además, Sky y Pat eran de la misma familia de embusteros, podrían haber sido dinamita juntos, pero no iba a quejarse porque ahora podía ser todo suyo.

Se encontraban sentados uno frente al otro en un café. Kengkla había citado el día anterior a Sky para hablar de la boda y Sky había llegado con una remera negra que se le pegaba al cuerpo en las partes más sabrosas y dejaba un espacio en aquel cuello que pedía a gritos ser marcado. El sonido del suspiro de Sky le llegó rompiendo sus fantasías. Kengkla levantó la vista justo a tiempo para verlo sonrojarse por como estaba comiéndoselo con la mirada. Si supiera lo duro que estaba en ese momento con solo mirarlo, se preguntó a cuántos tonos de rojo se elevaría el color en sus mejillas.

—Supongo que este acuerdo matrimonial del que quieres hablar te deja libre para tener relaciones con quien quieras y cuando quieras, me pregunto qué será para mí —dijo Sky, tomando las notas que Kengkla había elaborado esa mañana.

—No —respondió Kengkla de forma tranquila—, de hecho, especifica que está prohibido, para ambas partes —le informó Kengkla—. Lee bien las notas, por favor. Verás que no miento —agregó cuando Sky abrió los ojos sorprendido.

Por supuesto que iba a prohibir tales cosas. Primero porque de repente sintió que no quería ni podría estar con otra persona teniéndolo a él, segundo porque no iba a permitir que Sky estuviera con otras personas, para eso agregaría un par de cláusulas más y unos ceros, pero sería más adelante.

—¿Cómo? —Preguntó Sky, ojeando las notas—. ¿Por qué?

—¿Por qué no? Acaso, ¿pensabas engañarme, Sky?

—¡No!

Sky volvió a tener un tono rojo en sus mejillas, pero por razones diferentes. Esta vez no era vergüenza sino enojo. Kengkla se vio volviéndose adicto a sus reacciones.

—¿No? Okey. Te creo, es bueno que pienses en ser casto por mí —por dinero cualquiera puede volverse monje, pensó, pero no le importaba si con eso Sky se volvía suyo.

—Casto, claro —murmuró Sky. Kengkla no entendió por qué parecía ser una frase llena de sarcasmo, ¿sería por lo irónico que sonaba?—. Hay algo que no entiendo... ¿Qué sacamos haciendo esto?

—¿De verdad todavía no lo entiendes? Es fácil: te quedas con tu hijo —apuntó a 'Nic que descansaba en las piernas de Sky mientras jugaba con sus dedos en la boca—, un marido rico y guapo —se señaló a sí mismo—, y mi familia gana a Technic —apuntó al bebé.