Capítulo IV

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L.A California, Estados Unidos. Agosto 31 2013

Había entrado de nuevo a aquel horrible infierno. Se toparía con Cassandra Todd, que idiota. No le había contestado el maldito mensaje.

— Cassandra no me contestó el mensaje. — le contó a Valérie sobre lo qué pasó.

— Quizás estaba ocupada. — hizo reflexionar a Claire.

— Estaba disponible, ¿crees que estaría ocupada? — Comentó Claire subiendo el tono de voz.

— Tranquila, ¿por qué subes la maldita voz? Me la pudiste haber pedido a mí. — Comentó Valérie, ya le estaba hartando, no le gustaba que subiera la voz porque todo el instituto las miraba.

— Bien, lo siento. No quería molestarte. — Dijo Claire en un tono bajo.

— Bien, vamos. Tenemos clase. — Valérie tomó de la mano a Claire y subieron a su salón. De nuevo tenía que estar con los diablos mayores y menores. Todo era mierda.

Subieron al salón y Claire miró la butaca de Cassandra, la cual tenía imágenes pegadas de... ¡Anime! Le gustaba el anime, igual que a Valérie. No pensaba que le gustara. En sí se veía que amaba la cultura coreana.

— Valérie, mira esto. Ama la cultura coreana, como tú. — señaló la butaca de color morado con las imágenes del anime.

— Quizás le guste por moda, no lo sé. — se quedó observando la butaca, y al poco rato se sentó en su lugar.

-Bien.- Claire al igual que Valérie se sentó sin decir nada más.

El profesor al poco rato había llegado. Era de de español, bueno, era profesora. A Valérie se le daba muy bien hablar español, regularmente hay una bilingüe por cada grupo, quizás le ayudaría. Claire aprendía español por medio de canciones, aunque a veces no les entendía ni una mierda.

— Chicos, soy la profesora de español. Mi nombre es Emma, y espero llevarme bien con ustedes. — la profesora se veía muy amable. Había comenzado su clase, era muy divertida, por cierto. Jamás había conocido a una persona que diera sus clases sin tanta aburrición. Al parecer, no le daba vergüenza que los demás se rieran de ella. Siempre esbozaba una gran sonrisa en su rostro. A Claire le gustaba ver a las personas sonreír, era hermoso. Era hermoso como alguien pudiera sonreír tan magníficamente ante todo y sin mostrar esa "sonrisa falsa" que se nota a kilómetros. Le fascinaba ver a personas sonreír, digamos que era su pasatiempo favorito.

La clase había terminado y volverían las dos últimas clases más aburridas del jodido planeta. Joder.

— La profesora me ha caído muy bien. — Valérie volteó a ver a Claire que se sentaba atrás.

— Porque te gusta el español. — dijo con tono obvio el por qué le había caído muy bien la profesora.

— Aparte, ella no da las clases aburridas. Eso es increíble. — esbozó una sonrisa en su rostro.

Cuándo Valérie y Claire habían terminado de hablar de idiotez y media, Claire se dirigió con Lizza, se había hecho amiga de ella hace poco tiempo, ayer para ser exactos. Vio que Lizza estaba platicando con Cassandra, y Francia. Al parecer Cass ya había hecho una amiga, bueno, dos amigas. Qué estúpida, Claire Rowell, qué estúpida.

— ¡Lizza! — Llamó a Lizza por su nombre notando una hermosa sonrisa.

— Claire, mira, ellas son Cassandra y Francia. Son las nuevas. — Sonrió Liz presentando a aquéllas dos chicas. Parcían simpáticas, Cassandra un poco callada, al igual que Claire y Francia un poco más sociable que aquéllas dos.

— Un gusto. — saludó Cassandra amablemente sonriendo.

— Hola. — dijo Francia en un tono diviertido.

— Soy Claire, un gusto. —De igual manera las saludó. Las había saludado, algo que no hacía comúnmente. Cassandra era una estúpida por no contestarle el mensaje, por su culpa la habían regañado en la clase de Cívica. Y Francia era una idiota por haber estado con Danielle y Penny en vez de Cassandra, su primera amistad que había formado.

En fin, todo el mundo era estúpido para ella.

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