Cap. 11 - Parte 1/2

149 25 52
                                    


¿Todo bien Emi? - preguntó el castaño. Emilio había estado muy raro a su parecer.

Si amor - me prestas tu celular es que necesito llamar a mi tío - dijo el mayor - Joaquín asintió inseguro y le pasó su celular a Emilio. El chico rizado lo tomó y se alejó un poco de Joaquín. Fingió llamar alguien, se alejó un poco más y colocó un rastreador en el celular del menor. No podía ir y decirle - hey bebé tus padres no murieron en la guerra porque posiblemente los hayan asesinado a propósito- No podía hacer eso, tenía que cuidar a su bonito.

El rizado regresó y le devolvió el celular al menor, le sonrió y le depositó un corto beso en la comisura de los labios. El resto de la tarde fingió que todo estaba normal, aunque por dentro la conciencia le pesara.

En unas semanas era el cumpleaños de Joaquín y Emilio debía de ser aún más cuidadoso y tenerle una bonita sorpresa al menor. Ese día el pequeño castaño cumpliría 18 años y Emilio ya había planeado la sorpresa por meses.

Mientras Leidy estaba insegura, habían pasado semanas desde que Ely había conocido a una estudiante de intercambio llamada Verónica Mcgregor

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Mientras Leidy estaba insegura, habían pasado semanas desde que Ely había conocido a una estudiante de intercambio llamada Verónica Mcgregor. La mayor nunca fué celosa, ni posesiva, sin embargo si había puesto un poco insegura de que la menor se dé cuenta que no es suficiente para ella. Sí Leidy por primera vez tenía miedo de no ser suficiente para alguien.

La pequeña castaña no sabía nada de que su pelinegra novia, estaba insegura de una estudiante, ella creía que todo estaba bien.

¿Todo bien, Leima? - preguntó Ely a su novia, que estaba distraída ya desde hace unas semanas - la pelinegra asintió ida. 

Ely se levantó del pasto - estaban en la casa de la mayor, la castaña se colocó en el regazo de la más alta. Ésta por costumbre puso sus manos en las caderas de la menor,  quién se acercó al cuello de la mayor y empezó a succionar y a morder. La chica pelinegra apretó las caderas de la ojinegra, quién gimió bajito el nombre de la contraría en su oído. Sus bocas se encontraron formando una guerra de lenguas, en las cuáles ninguna de las dos ganaría. Leidy se levantó con Ely encima, quién enredó sus piernas en la cintura de la más alta. Entró a la sala de la casa y a tientas subió las escaleras. Cuándo encontró la manija abrió la puerta con la ojinegra en brazos, caminó a tropiezos hasta dar con la cama y dejó delicadamente a su castaña sentada en la cama.

AVISO: CONTENIDO EXPLÍCITO    🔥🔥

La pelinegra se desabotonó muy despacio la blusa que llevaba puesta hasta dejar ver su brasier. Ely la admiraba embobada desde la cama. Leidy se colocó encima de la menor haciendo que ésta se recostara

- ¿Segura? - preguntó con la voz suave Leidy - la ojinegra asintió. - Si quieres que me detenga sólo dilo y pararé - dijo la más alta.

Lo sé Leima - respondió la menor con una sonrisa. 

La mayor dejó un último beso en los labios de la castaña, fué bajando sus besos por el cuello de la menor dejando marcas rojizas, que más tarde se volverían moradas. La pequeña soltaba jadeos mientras tocaba timidamente el abdomen de la contraria sin subir a sus pechos. La mayor subió el suéter  de la menor hasta la cintura, dejó un beso en el ombliguito de la menor y sacó el suéter dejando a la más pequeña sólo con el brasier, una faldita celeste y unas medias hasta las rodillas de la misma. Fué bajando los besos hasta toparse con la faldita, la cuál con cuidado fué bajando por las rodillas de la menor hasta retirarla por completo de su cuerpo . Las pupilas de la mayor se volvieron negras ante la vista, la pequeño niña de ojos oscuros con braguitas blancas y medias eran su perdición. Se había ganado un pase gratis al mismísimo infierno por lo que haría, besó los muslos de la mas pequeña dejando un rastro de saliva y mordió un poquito el muslo derecho, la castaña soltó un agudo gemidito que prendió más a la mayor. La chica de ojos oscuros enredó sus piernas en la cadera de la mayor acercándola más. La mayor se puso de pié y se bajó la cremallera de la falda y se la fué quitando hasta retirársela y quedar sólo en ropa interior. La castaña la miraba con los ojos dilatados por la vista que su amor le estaba dando al quedar sólo con su ropa interior al igual que ella. Leidy se colocó de nuevo encima de la menor y le quitó delicadamente el brasier para acto seguido acostarla de nuevo y tomar con una de sus manos uno de sus pechos para succionarlo y mordisquearlo suavemente, la castaña era un lío de gemidos y jadeos dándole así un placer que ella nunca había sentido.

Looked At The Sky // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora