Capítulo 13: Venganza, dulce venganza

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No comprendía porque mi madre lo negaba, ¿Acaso Aroa no estaba bien? Empezaba a sospechar.

-¿Aroa, te han mordido?- le pregunte

Al oír esa pregunta se le puso la cara pálida. Empecé a mirar todo su cuerpo, ella se tapaba el brazo derecho con la camisa de Martín.

-Enséñame el brazo derecho Aroa- dijo Martín

Martín quito la camisa, Aroa tenía un rasguño no muy profundo en el brazo.

-¿Esto de lo ha hecho un zombi?- dijo Kevin

-Si- dijo con la voz temblorosa

-No, no, no quiero que te transformes mama- dijo Kevin llorando

-Calma, la herida no es muy profunda, puede que no se transforme- dije

-No podemos correr riesgos Paula- dijo Martín

-¡Pero puede que sobreviva!- grito Kevin

-Martín, ¿No la podemos encerrar en un cuarto a ver qué pasa?- dije triste

Intentaba aguantar mis lágrimas, pero no podía.

-Por favor- le dije a Martín con lágrimas en los ojos

-De acuerdo, en el fondo la cicatriz no es muy profunda- dijo Martín

Mi madre empezó a hablar e incluso se levantó del suelo.

-Vámonos dentro, aquí corremos peligro, hay zombis por la zona- dijo

Entramos en la tienda, la cerramos por dentro con unas mesas y nos aseguramos de que todo estaba despejado de cualquier amenaza, ya sea un zombi o un hueco donde pudiesen entrar.

-Una pregunta, ¿Y Arthur?- pregunto Kevin

Es verdad, Arthur, han pasado tantas cosas que no me di cuenta de que nuestro amiguito no estaba con nosotros.

Mi madre y Aroa se miraron.

-No sobrevivió- dijo Aroa

-Cuando esos hombres vinieron Arthur ataco y le dispararon, el pobre no sobrevivió, varios zombis se acercaron a él y... se lo comieron- dijo mi madre

Me quede con la boca abierta, ¿Cómo pueden ser tan insensibles de matar a un animal?, merecen estar ellos muertos y no Arthur.

A Kevin se le saltaban las lágrimas.

-Que hijos de puta- susurro Kevin

-¿Los zombis se lo comieron?- dijo Martín con asombro

-Pues parece que no solo comen personas- dije triste

Intentaba pensar en positivo, fíjate, con el poco tiempo que tuvimos a Arthur le cogí mucho cariño. La gente puede llegar a ser muy cruel.

-¿Ya os encontráis mejor?- pregunto Kevin

-Sí cariño- dijo Aroa

-Claro, solo tengo un poco de hambre- dijo mi madre frotándose la barriga

-Pues no hay comida- dije

-Tenemos que emprender marcha e irnos de aquí cuanto antes- dijo Martín

De repente escuchamos el ruido de un motor.

-¿Qué ha sido ese?- pregunto Aroa

Me asome lo más rápido que pude a la ventana.

-Mierda, son esos hombres- dije susurrando

-¿Cuántos son Paula?- pregunto Martín

-Solo son tres - dije

-Somos cinco contra tres, seguro que podemos contra ellos- dijo Kevin

Diario de una supervivienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora