─── 𝙎𝙪𝙣 𝙖𝙣𝙙 𝙈𝙤𝙤𝙣─── 𝐒𝐭𝐞𝐯𝐞𝐧 𝐆𝐫𝐚𝐧𝐭/𝐌𝐨𝐨𝐧 𝐊𝐧𝐢𝐠𝐡𝐭 (PAUSADA)

ᴱˡ ʰᵒᵐᵇʳᵉ ᵈᵉˡ ᵗᵃᵗᵘᵃʲᵉ ᵈᵉ ᵇᵃˡᵃⁿᶻᵃ

¿Cuanto había pasado desde que Khamila había aceptado ser el avatar de Ra? Bueno...unos cuatro o cinco años...casi ni recordaba, realmente era agotador ser el avatar de aquel dios . Cualquiera podía ver al dios Ra como un pajarraco amargado y estricto, un Dios caprichoso y cascarrabias. Pero Kham lo veía como un dios medio buena gente, algo exigente y que contaba buenas historias sobre todo lo que podía crear, después de todo además de ser el dios del sol, también era de la creación, por lo cual aveces le contaba a Kham algunas de sus historias de cómo había creado el mundo (aunque claro ella las había leído múltiples veces en sus libros de mitología egipcia y arqueología).

Aunque la vida de la joven Jones no era tan horrible. Si, por un lado aveces tenía que matar gente en un intento de defender a quien Ra le mandaba, pero por otro tenía un buen apartamento y dinero. Se había mudado a Londres hace unos 6 meses ya que antes vivía en El Cairo, Egipto. Pero por temas de trabajos encomendados por Ra y encima tener que recordar aquellos sucesos horribles que había tenido que pasar cuando conoció al Dios del sol, necesitaba cambiar de ambiente. Quería despejarse del mundo, no se sentía muy bien. Hasta su aspecto había cambiado, ahora su cabello era pelirrojo, casi naranja, con blanco en las puntas, hasta se hacía peinados bastante excéntricos que Ra generalmente le pedía que deshiciera para evitar llamar la atención en sus misiones, además de que se había hecho un tatuaje del ojo de Horus en el cuello. Su rutina era simple: En las mañanas iba a su trabajo como mesera, en las tardes estudiaba arqueología y antes de que se ocultara el sol iba a cumplir lo que le pedía Ra. Era una rutina un tanto agitada, y eso que no le pagaban muy bien. Pero por otra parte tenía un poco de dinero extra heredado de sus difuntos padres.

Una mañana como cualquiera la joven se levantó temprano para dirigirse a su trabajo, recogiéndose su largo cabello blanco y rojizo en un moño alto y dejando dos mechones fuera junto con su flequillo peinado. Se puso su uniforme de mesera y se dirigió rápidamente hacia la pequeña cafetería donde trabajaba. Al llegar, se acomodó mejor el delantal y saludó cordialmente a su compañero.

──────Vaya, puntual como siempre, ¿eh Jones?───dijo sonriendo levemente mientras limpiaba algunos vasos

Kham asintió, empezando a dirigirse por una libreta y un lapicero, esperando clientes. Comúnmente, no había demasiada gente en la cafetería. Espero por unos minutos, hasta que llegó un extraño hombre con un peculiar bastón. Kham se acercó para atenderlo, pero Ra no la dejó.

───Khamila ... .ten cuidado...tiene un tatuaje con una balanza y ese bastón parece una cabeza de cocodrilo. No dejes que te tome de las manos...───dijo Ra con voz gruesa, bastante serio. Esa balanza le resultaba...familiar───

La chica asintió y se dirigió hacia el hombre, sacando la libretita. Era un hombre de Edad Media , de cabello medio largo y lacio.

───Muy buenos días señor, ¿que desearía pedir?───preguntó la joven en un tono amigable───

───¿Hmm? oh, buenos días señorita, solo un café normal, muchas gracias───dijo el hombre en un tono suave y amigable, aunque sus ojos estaban clavados en el tatuaje del ojo de Horus en el cuello de la joven.

Khamila asintió y se dirigió a avisarle a su compañero, el cual en pocos minutos preparó el café, una vez hecho la chica lo recogió y llevó al hombre, dejándolo en su mesa.

───Muchísimas gracias jovencita, por cierto, ese tatuaje de su cuello es el ojo de Horus, ¿verdad?───pregunto el hombre mirando fijamente a la chica, la cual solo asintio───

───Si, ¿también sabe de mitología egipcia?───dijo la joven arqueando una ceja───

───Oh si, de hecho...el tatuaje de mi brazo tiene...algo que ver con eso───respondió, por una extraña razón el ambiente se había tornado pesado, ese aire amigable había desapareció y un escalofrío recorrió el cuerpo de la oji-cafe──────Dime jovencita...¿quieres saber si realmente eres una buena persona? Yo puedo decírtelo, más bien, puedo juzgarte en nombre de Ammit───añadió dándole un sorbo a su café y mirando fijamente a la joven 

───¡Khamila!, no te le acerques...sal de ahí...───dijo Ra haciendo que la joven retrocediera───

La joven sentía aún el ambiente pesado, por lo que decidió hacerle caso a Ra. Aunque vamos a ser honestos, igualmente Ra iba a obligarla a alejarse. Aparecieron algunos clientes más, y ella era la única mesera en esos momentos

───Am...ya mismo debo atender otra gente...¡adiós!───dijo la chica con nerviosismo, dirigiéndose a atender a la demás gente

Poco después, el hombre se fue. Khami soltó un suspiro de alivio. De ahí, el día transcurrió normal. Últimamente, la chica había hecho horas extra en su trabajo para ganar un mejor sueldo. Funciona en cierta manera, Su jefe ese mismo día le dijo que le pagaría un poco más y que desde el día siguiente (miércoles) hasta el lunes de la próxima semana habrían reformas en la cafetería, por lo que no tendría que ir a trabajar . Era un alivio, al menos podría descansar. 

Pobre ... la joven ni se imaginaba lo que Ra tenía planeado para ella aquellos días. 

Ra sabía que ese hombre probablemente quería liberar a Ammit, tenía que detenerlo a toda costa, probablemente esa era el avatar de Ammit y si no lo detenían a  tiempo, podían haber graves consecuencias. Sabia que ese hombre se iría a algún otro sitio, tal vez porque en Londres no había tanta gente a la cual convencer de ser seguidor de Ammit...o tal vez porque de alguna manera sabía que Khamila era el avatar de Ra.