La Samaritana de Satán: (Paraíso ensangrentado)

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IV:

Paraíso ensangrentado

3:57 AM

Bill estaba ya consciente amarrado a una silla y Marcus todavía durmiendo en la mesilla, por su borrachera. Heston se dio cuenta de que Herstensin estaba despierto y con una rosa negra en mano se acercó a él.

— ¡Muy buenas noches dormilón! —Dijo con voz burlona y riéndose psicóticamente de su compañero a quien había amarrado, Bill lo miro repulsivamente y con impulso le intentó escupir la cara, pero fue en vano, pues por suerte para Chris no la saliva no llegó ni siquiera cerca— ¡Que malo eres, jejeje! Antes de que digas algo de lo que te puedas arrepentirte...—hizo una pausa para acercarse más y colocarse lo adecuadamente cerca para tocarle la cara.

— ¡No les voy a hacer daño, al menos no en este momento! —Aclaró Heston para luego con la mano frotarle con el ramaje espinado de la rosa la cara dejándole rasguños. Bill aguanto el dolor, he intento morderle la mano pero con unos buenos reflejos la quitó rápidamente y le metió los pétalos en la boca haciéndole parecer un estúpido, Herstensin inmediatamente escupió.

— ¡MALDITO! —Gritó Bill tan fuertemente que levanto por unos segundos al aturdido Simpson quien subió su cuello, miró de forma borrosa a Heston y volvió a caer.

— ¿Creías que ibas a hacer que despertará o que alguien te escucharía? ¡Billsito que estúpido te viste gritando como nena! —Expresó Chris con voz irónica pero con gestos serios y poco burlescos.

Allí sonó un teléfono, era el del detective, estaba en el bolsillo de Heston, quién lo tomo y respondió la llamada.

— Aló, ¿Con quién hablo? —Pregunto con voz suave y acogedora con gran serenidad mientras Bill gritaba pidiendo ayuda a quién estuviera al otro lado del teléfono.

— ¡Conmigo estúpido! ¿Está listo el encargo? —Repuso una voz femenil al otro lado de la línea mientras de fondo se escuchaban voces murmurando lo que parecían ser canticos.

— ¡Sí, ya estoy listo! —Respondió Heston y luego corto la llamada.

Chris camino hacía su mesilla de trabajo, hurgó en el gabinete de esta y saco una jeringa con algún tipo de líquido viscoso y amarillento en ella. Después se acercó de nuevo a Bill quien se movía desesperadamente para desatarse. Mientras maldecía a su compañero, quien le agarró el antebrazo derecho.

— ¡Tranquilo Bill solo vas a dormir un rato! —Luego le inyecto la sustancia. Herstensin gritó con todas sus fuerzas aunque en vano y luego desmayo instantáneamente.

Marcus despertó pero estaba demasiado alcoholizado para notar lo que pasaba y Chris lo más rápido que pudo volvió a su mesilla, agarro otra jeringa y lo sedo.

Se sentó encima de la mesa del detective y de nuevo sonó el teléfono de Marcus el respondió.

— ¿Qué pasó? —Preguntó a aquella desconocida.

— ¡Mataron a Masson! —Repuso la voz femenil con un tono lloroso y herido, que penetro en el corazón de Chris quién derramo algunas lágrimas sombrías y corto la llamada al escuchar el claxon de una furgoneta estacionada afuera.

De ella bajaron tres personas, con figuras irreconocibles en túnicas grises con máscaras de cuervos y uno de ellos con un velón de color carmesí que tenía una llama tenue desprendiendo de ella un hedor pútrido a carne descompuesta.

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