Louis entró a la biblioteca como cada uno de los días desde que había ingresado en la preparatoria de sus sueños unos meses atrás, de hecho, ese era uno de los motivos por los que tanto se había esforzado para lograr ingresar en esa escuela, pues había leído y su biblioteca era una de las más grandes.
Caminó por los pasillos completamente distraído en las opciones de títulos que se presentaban ante él, algunos ya los había leído en el pasado y otros eran de temas que no captaban su interés. Estuvo de esa manera durante un largo periodo de tiempo, hasta que, por fin, en uno de los estantes que se encontraban más arriba de su alcance, encontró un libro que había querido leer durante mucho tiempo, pero que simplemente no había tenido la oportunidad.
Miró a ambos lados intentando encontrar el banco que siempre estaba dispuesto para los alumnos en caso de que se encontraran en una situación como aquella y se dio cuenta de que en el pasillo en el que estaba simplemente no había ninguno. Regresó sus pasos al pasillo anterior y notó que una chica lo estaba usando para bajar unos libros que iba apilando uno sobre otro.
Maldijo su suerte y regresó al lugar donde se encontraba el libro "Siete Mentiras" de Elizabeth Kay e intentó alcanzarlo extendiendo el brazo lo más que pudo, pero no le fue suficiente. Intentó nuevamente, pero en esta ocasión apoyando uno de sus pies en el primer estante, lo cual fue una mala decisión ya que por el poco espacio que tenía libre por los libros que se encontraban en él, su pie resbaló.
Era una manera ridícula de morir, cayendo por resbalar de un estante de la biblioteca y sin haber logrado alcanzar el libro que quería. Cerró los ojos fuertemente anticipando el golpe, pero se llevó una sorpresa al sentir que no golpeaba con el duro y frío suelo, sino muy por el contrario, había quedado apoyado, en una superficie cálida y firme, aun estando de pie.
No tardó mucho en darse cuenta de que su caída había sido detenida por alguien, por lo que se sintió inmensamente aliviado y avergonzado al mismo tiempo.
- Lo sien... - se volteó enseguida para disculparse con aquella persona con la que había chocado, pero no pudo continuar al toparse con unos hermosos ojos verdes que lo miraban atentamente.
Se perdió en aquella mirada profunda por algo que a él le pareció una eternidad hasta que el chico aquel, más alto que él, dirigió la mirada al libro que Louis había estado intentando alcanzar antes de chocar, lo tomó con facilidad y sin más se lo extendió para después alejarse del de ojos azules sin decir una sola palabra.
Louis, dudoso, caminó hasta una mesa, abrió aquel libro que ese chico le había proporcionado e intentó concentrarse, pero no pudo, esos ojos tan hermosos no salían de su mente, habían provocado que su corazón latiera con fuerza y que su boca se quedara completamente muda ante su presencia. Se había perdido y desafortunadamente no quería encontrar el camino de regreso a donde se encontraba antes de mirar esos bellos ojos.
Al escuchar el timbre que anunciaba el fin de su descanso, se maldijo a sí mismo porque al final no había conseguido leer nada y tampoco logró sacar de su mente esa hermosa mirada.
Definitivamente debía de dejar de leer novelas románticas.
Se levantó como si eso le costara la vida y caminó depositando el libro en una mesa que tenía arriba un letrero que decía "deposite los libros que utilizó aquí" -idea de la encargada de la biblioteca para detener los robos de los libros, según los rumores del pasillo-, no sin antes escribir su nombre en la ficha de papel que se encontraba en la parte de atrás de aquel libro. Salió del lugar y sus ojos vagaron por los pasillos intentando toparse con esa mirada o con ese cabello rizado tan peculiar que le pertenecían aquel chico que había alterado todo su sistema, pero no tuvo éxito, así que sin más corrió hasta su clase debido a que se le hacía tarde.
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A Primera Vista - Larry Stylinson *Editada*
FanficCreo que pensar en la frase "amor a primera vista" es demasiado irresponsable. ¿Qué se puede saber de una persona con sólo haberla visto en una ocasión? A pesar de que nunca tuvimos una conversación siempre pido prestados los libros que él lee, aunq...