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Llegamos al estacionamiento del campus. Se subió a su auto negro y lo imite, el trayecto fue silencioso y a la vez muy reconfortante, así mismo me dio tiempo para pensar en las hermosas palabras que le esperaban a mi amiga.


La casa de la fraternidad resulto ser una casa de dos pisos, con enredaderas por toda la pared norte, grandes ventanales con demasiados barrotes, la cual estaba atestada de gente por todos los rincones y extremidades de esta.


-¿Estas seguro de que es aquí?- pregunte.


-Completamente ¿te da miedo la gente?- respondió y dejo entrever una sonrisa picara. la verdad es que la gente normal no me daba miedo, pero gente como atracadores, claro que si me hacían estremecer.


-No la gente concretamente..., solo algunos específicamente.


-Tu estilo de hablar demuestra en verdad lo que eres-


-¿Y que soy?


No pude escuchar su respuesta, pues salio del auto como tratando de evitar mi pregunta. Frustrada y como una niña tonta lo seguí a regañadientes.


Ya dentro en la fraternidad le dije que yo buscaba arriba y el abajo. Me dio una asentimiento por respuesta y se esfumo entre la gente que bailaba. Trote escaleras arriba, hay estaba un chico, así que pregunte:


-¿No has visto a una chica alta, tez pálida, cabello bronce y ojos verdes?, responde al nombre de Cassy- Me sentí como una completa estúpida. Parecía haber descrito a un perro. Pero igual el chico fue amable y contesto:


-Si, yo mismo la subí a una habitación, estaba tirada a media estancia. La ultima puerta a la derecha.


-Gracias- dije y corrí hacia ella.


Me tope con, por lo menos 10 chicos tirados en el suelo roncando a todo pulmón.


La puerta era de madera oscura, tanto que parecía negra, le di la vuelta al pomo y dio a una habitación con una cama matrimonial justo en medio, una gran ventana, paredes blancas, sin ninguna decoración, y suelo de madera. En la cama estaba acostada Cassy con una bolsa de hielo en la cabeza y aun lado Dante... y como no, con una sonrisa.


-Pero... tu... abajo... olvídalo - balbucee - ¿Que haces aquí?


-Es mi habitación.


-¿Que? jamas me dijiste que vivías en una fraternidad.


-Jamas lo preguntaste.


-De acuerdo, ¿como esta Cassy?


-Bien, no tienes que preocuparte. Ya casi no me duele la cabeza.


-Oh, genial. Dante tal vez quieras traer un poco mas de hielo- dije, con todo el sarcasmo que fui capaz de derrochar.


-¿Porque?- me pregunto confuso.


- Yo haré que le vuelva a doler- le dije a Dante, y dirigiéndome a Cassy, grite;- ¡no me avisaste! ¡¿como eres capaz de dejarme haci?! ¡creí que te habían drogado, violado, matado y tirado a un rió!


Cassy me miro con suplica en sus ojos, después abrió la boca y volvió a cerrar buscando las palabras pero antes de que hablara;


-Y es por eso que necesito decirle lo que es- dijo Dante dirigiéndose a Cassy.



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Blanco y Negro (EDITANDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora