𝑆𝐸𝑋𝑂𝑀𝑁𝐼𝐴 || 𝑡𝑒𝑟𝑐𝑒𝑟𝑎 𝑝𝑎𝑟𝑡𝑒

166 12 0
                                    

El trabajo estaba avanzando correctamente. Christopher, al parecer, sabía más de lo que aparentaba. Y eso en cierto modo es bueno. Christopher siempre se esmera en sorprender a las personas, o eso creo. Porque de alguna u otra manera siempre lo consigue.

Es una especie de caja sexy de sorpresas.

Digo… Supongo.

La investigación estaba realizada. Todo el marco teórico estaba concreto y correcto. Aunque, claro… ¿Por qué no habría de estarlo si yo lo hice?

Christopher se encargó de la decoración. Es decir de colorear, transcribir y decorar las cartulinas, o como él prefiere definirlo: “el diseño gráfico y visual del trabajo” pues “la presentación es un elemento MUY importante para cualquier trabajo” y “quien lo hace tiene una mente abierta y creatividad ilimitada” y eso “me abrirá miles de puertas, pues nadie se resiste ante mi talento”.

Claro, además del útil resumen de media cuartilla que Christopher logró hacer. Sí, lo admito, fue bueno. Pero que siga trabajando como decorador.

En nuestra relación yo soy el listo.

—Joel, tengo hambre, aliméntame — Christopher se estiró sobre la silla del comedor, haciendo que el sonido de unos cuantos huesos en su cuerpo se escuchara y resonara. Me levanté de la silla y caminé a la cocina. —Hay pizza en el horno. Sé que te debo atender yo por ser mi casa pero… Estás como en tu casa, amigo — dijo.

—Claro… Aprovechémonos de Joel y su innegable talento culinario y habilidad gastronómica. ¿Me viste cara de refrigerador o qué? — me quejé, mientras sacaba del horno los pedazos de pizza y los ponía a calentar en el microondas.

—Seguramente usar un microondas requiere mucha experiencia. Y en realidad ahora te veo como un gran pedazo de carne — dijo. Reí al igual que él.

—Si esperas que te diga “ven y cómeme” tu espera será eterna — bromeé.

—No mientas… No podrías negarte. Soy irresistible — reí.

—Soy un pedazo de carne difícil.

—Y eso le da el sazón — reí.

—A veces me das miedo — le dije. Saqué el plato con seis trozos de pizza (de los que seguramente yo comería cuatro) regresé al comedor y puse el plato en la mesa, sobre los cuadernos y libros.

—¿Te doy miedo cuando tengo hambre? — tomó un trozo de pizza y le dio una mordida amplia.

—Un poco — dije haciendo lo mismo.

—Pero tú eres la bestia al comer, no yo — se quejó.

—Sientes envidia porque yo sé cocinar — tomé otro trozo de pizza cuando terminé el primero.

—Usar un micro no cuenta como cocinar.

—Sí cuenta.

—No…

—Sí…

—No, porque…

—¡Ya! — interrumpí. Cuando menos me di cuenta el plato ya estaba vacío (y sólo comí tres).

—¿Ya le dijiste a tu mamá que te quedarás a dormir?

—Sí, le mandé un mensaje — contesté restándole importancia al asunto. Christopher asintió, mientras ocultaba una sonrisa que se apareció en las comisuras de sus labios.

—Creo que ya es tiempo de… Decir mi secreto — dijo con voz determinada. Alcé ambas cejas con sorpresa y lo miré atentamente.

—¿Cómo?... — pregunté. Christopher se encogió de hombros.

—Si te vas a quedar a dormir tienes que saberlo — dijo. Lo observé con curiosidad. ¿Qué tiene que ver su secreto con que me quede a dormir esta noche?

—Ya dime, anda — le pedí.

—Tengo problemas nocturnos, Joel… — dijo. Sonreí. Bueno, eso no es tan grave. ¿Por qué lo hace parecer como si fuera importante?.

—Tranquilo, yo también ronco y lanzo patadas —  Christopher soltó una carcajada.

—No ese tipo de problemas. Tengo un… trastorno… extraño — intentó explicar. ¿Trastorno?

—¿De qué se trata? — cuestioné con las cejas fruncidas y una expresión de obvia confusión en mi rostro. Christopher sonrió.

—Padezco de sexomnia… — dijo.

—¿Y eso con qué se come? — bromeé. Christopher volvió a reír.

—¿Seguro que quieres quedarte a dormir conmigo? — cuestionó con un tono pícaro.

—¿Si supiera qué es eso, tendría que no estarlo? —  pregunté.

—Totalmente — afirmó.

—No puede ser tan malo. He dormido con Erick, sus pies apestan. ¿Qué te puede hacer peor? — pregunté con una sonrisa burlona y aire confiado. No creo que Christopher tenga algo peor que eso. Además, dormiremos en cuartos separados. Seguramente quiere asustarme diciendo que es sonámbulo y asesina dormido, o que hay fantasmas en su casa.

—Que tengo sexo inconsientemente cuando duermo, sin importar con quién.

SEXOMNIA || VirgatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora