Apenas habían pasado unas cuantas horas desde que me había matado. El domingo por la noche había quedado a cenar con mi asesino, sin saberlo. Sin mucha delicadeza, después de tanto, me clavó un cuchillo en el corazón y se fue, dejando mi cuerpo inerte allí tirado. Llegué a mi casa moribunda y me tumbé en la cama. Ahora la alarma me avisa que es hora de ir a trabajar. ¿Será un corazón roto una buena excusa para faltar?
ESTÁS LEYENDO
Microcuentos
NouvellesCuentos para Impacientes, como yo. 🤭 Si eres de los que a veces, quieres una lectura rápida (de segundos), pues por acá intento complacerte. 🧐🙆♀️ Mis microcuentos son variados, de todos los géneros, para todos los gustos y colores. Espero te gus...