Los Cabrera Castillo

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Capítulo

Roselle Bellemore

Era una tarde como ninguna otra, los chicos corrían de aquí para allá, jugando a la cuerda, o simplemente charlando en la hora de receso de su escuela.

Ser de quinto de grado de primaria era algo nuevo para nuestro pequeño Samuel Jr, a comparación de su hermana Estefanía que era simplemente deslumbrante en todo aspecto posible, Samuel luchaba por encajar con su grupo, realmente intentaba.

Se miraba los programas que todo Niño debería conocer para poder hablar con sus compañeros, pero era en vano, nadie le quería dirigir la palabra después de saber lo que hicieron en tercer grado.

Después de aquel incidente Samuel fue aislado de sus compañeros, nadie le dirigía la palabra, y cuando se trataba de trabajar en equipos hacían lo mejor posible para no ser juntados con él.

Estefanía se había percatado de esto, y trataba de ayudar a su hermano a encajar, invitándolo a sus partidos de fútbol improvisados con los demás grupos de la escuela. Pero simplemente parecía no encajar en el mundo de su hermana.

Sentado solo debajo de un árbol, observaba a su hermana jugar fútbol mientras comía su lunch que con tanto cariño le preparo su padre Álvaro.

"Vaya que Álvaro se lució con los pancakes en forma de León, oh, ¿y esas son fresas?, que rico~"

"Como si su otro padre fuera capaz de hacerle el desayuno, ni siquiera le dirige la palabra después de-"

"¡Vicent!"

Los familiares de Samuel seguían un día más hablando de más.

Vicent tenía razón, su padre Samuel había dejado de ponerle atención, desde lo qué pasó cuando no pudo controlar correctamente la magia Oscura de Vicent, su padre no le dirigía ni la mirada, solo estaba pendiente de él cuando se trataba de entrenar.

Era en los únicos momentos que podía sentir las palabras de su Padre ser dirigidas directamente a él, y no es que sus palabras fueran cálidas y amorosas en los entrenamientos, todo lo contrario, eran palabras especialmente para hacerle trabajar más duro y no dejarse corromper.

Aveces no entendía porque tenía que llevar aquella doble vida, ser un humano débil y frágil ante los demás, pero también ser un hechicero capaz de controlar los deseos oscuros de su antepasado.

Samuel solo quería poder estudiar la magia tranquilamente, no quería recurrir a entrenar físicamente, lo detestaba con todas sus fuerzas.

De pronto, fue sacudido de sus pensamientos por un repentino balonazo en toda la cara, el cual le hizo enfadar al notar como sus pancakes fueron ensuciados por aquella pelota.

Estaba por quejarse con su hermana, cuando el balonazo realmente lo había dado una niña rubia que se acercaba a donde él estaba.

— Lo siento, ¿estás bien? —.— La niña se acercó al moreno, para después bajar su mirada y ver como había arruinado su lunch.— Oh perdón, no suelo lastimar a la gente, no se como-

— Tu eres.... —.— Samuel no podía creer lo que veía, tenía a una criatura mágica más frente a sus ojos.— ¿un dingen ...?

La niña abrió los ojos con sorpresa.

— ¿C-Cómo...?-

— ¿Elizabeth por qué tardas tanto? —.— Estefanía había ido a ver que sucedía con aquella chica y el balón que no regresaban.— Tenemos que seguir jugando, —.— Estefanía notó como se había arruinado el almuerzo de su hermano.— Samuel tengo algo de mi lunch en mi mochila, puedes comerlo si aún tienes hambre-

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