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Suelto un suspiro, que en cualquier otra ocasión me hubiera parecido realmente dramático, pero hoy no se simplemente me da igual o simplemente puede que se acople de la mejor manera a la situación.

Miro mi reflejo, con una mezcla de sorpresa e indiferencia, o por lo menos intentando que esta última sea lo más creíble posible, porque lo que realmente me devuelve la mirada es en la más viva imagen el miedo que tengo, algo irónico teniendo en cuenta que desde el comienzo sabía perfectamente que terminaríamos de esta forma, pero una cosa es saberlo y otra muy distinta es afrontarlo, y de una a la otra hay una grande muy grande diferencia, yo lo sé y sé que en el fondo el también.

Tal vez por esa misma razón aposto a hacerlo solo, tal vez sea por eso por lo que en este mismo instante se enfrenta al pasado y al presente sin temblar, tal vez por ello se arriesga como siempre lo hizo, tal vez por ello hizo hasta lo imposible por apartarme, porque todo lo que vivimos quedara atrás, porque él lo sabía tan bien como yo, pero le sobro la valentía que a mí me falto, tal vez por eso lo hizo.

No sé, simplemente en esta historia hay muchos tal vez.

Pero hubo uno en particular que olvido, que tal vez, solo tal vez, haríamos lo que siempre hicimos: meternos en su camino.

A decir verdad, aun no comprendo si, siendo el, una persona tan cuidadosa y analítica en todos los sentidos, siempre planeando todas las posibles situaciones y a su vez como enfrentarlas, porque no se le ocurrió que esto pasaría, si a decir verdad incluso yo lo espere, incluso yo sabía que de una otra forma terminaríamos así.

Supongo que por eso no se lo espero, porque la decisión estaba en una persona, siempre estuvo en la misma persona, quien fue tan cobarde como para negarse a verlo, para negarse a aceptarlo a pesar de que en el fondo muy en el fondo siempre lo supo.

Pero eso ya no importa, ya no importa si una cosa una unica cosa se hubiera hecho distinta, la historia seria otra, pero ese es el juego de la vida, el como una acción puede cambiarlo todo o puede decidirlo absolutamente todo.

Salgo de mis pensamientos, al escuchar pasos y al girarme los veo, tan sonrientes y estúpidos como siempre.

Bueno se les da puntos por valientes.

— ¿Lista? — la respuesta real la sabe sin siquiera preguntar, pero por esta vez decide ignorarla y fingir que cree lo que sale de mi boca.

—Andando.

Mas tardo en decirlo que, en ponernos en acción, nuestros pasos se mezclan en una perfecta sincronía, en donde nos detenemos solo para compartir una mirada todos siendo conscientes de lo que estamos a punto de hacer, y a lo que nos vamos a enfrentar.

—A decir verdad, no sé qué me preocupa más, si ellos o el —el comentario nos saca una sonrisa, por el hecho de que los cuatro pensamos igual, aparte hay que sumarle el hecho de quien lo dijo.

Sin decir nada más, abrimos esas puertas, y avanzamos. Por supuesto esta acción tan simple llamo la atención de todos los presentes, quienes nos miraban con confusión y sorpresa, por la interrupción, pero ignoramos esto entrando como si esta habitación nos perteneciera solo a nosotros.

Si las miradas mataran estaríamos más que muertos eso es seguro, en especial el hecho de que hay una en particular que por más que lo intente nunca podría ignorar, así que finjo que no me importa para concentrarme en esa mirada y regalarle una sonrisa, la cual a pesar de la estupefacción me devuelve.

Mis compañeros me dejan el último tramo sola, ellos toman sus respectivos asientos, mientras con el mayor esfuerzo yo camino lo que resta con el sonido de mis tacones como mi único acompañante, antes de llegar a mi destino y tomar asiento en donde se suponía debía estar hacía mucho antes.

—¿Qué haces aquí? —dice asegurándose que solo yo lo oiga.

—Lo mismo que tu—Le contesto, antes de que mi atención recaiga en las dos personas que se encuentran el estrado y me miran como si no me conocieran, a pesar de que se supone me conocen desde siempre. Apenas nuestras miradas conectan veo el cambio en su expresión y se perfectamente lo que harán, así que me adelanto.

—Buenas noches, mi nombre es Elizabeth Steel. Junto con mi compañero estamos esta noche aquí debido al caso de... de Adam Russel. Esta noche me encuentro enfrente de ustedes en calidad de abogada.

Y asi se desato la bomba.



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