Mordía la bola que estaba en su boca con rabia. Estaba en ese lugar, encerrado, desde hacía unas buenas horas y no le gustaba para nada aquello de estar amarrado. Sabía que así debían ser las cosas hasta que su "amo" llegara y ahí comenzara todo pero, también, había escuchado que era él formaba parte de un regalo de la hermana de él.
Sus orejas bajaron un poco más tranquilas en un intento de controlar su respiración para que el exceso de saliva no cayera por su mentón. Dejó sus manos amarradas sobre sus piernas y se acomodó en la silla mientras seguía atento a cualquier movimiento. Extrañaba estar con sus amigos jugando... Más bien, su único amigo había sido adoptado unas semanas antes que él por lo que las cosas no habían vuelto a ser tan divertidas ahora que lo pensaba. De todas formas, él era un gato muy amistoso con todos y con toda clase de ocurrencias. Y quizá eso fue lo que llamó la atención de la hermana de su amo. Lo había escuchado todo el día en que lo llevaron amarrado y vendado al salón donde eran escogidos los que serían vendidos.
"-¿Él es? -Escuchó una voz femenina cerca de sus oídos. Una mano se posó sobre una de sus orejas para darle una caricia que casi le hizo ronronear.
-Sí -se apresuró a responder rápidamente uno de los encargados-. Es el mismo que usted estuvo observando estos días. Su nombre es Nicolás. ¿Es de su agrado?
-¿Del mío? Sí, claro que sí pero es para un regalo más que nada -la escuchó reír-. Para mi hermano específicamente. -Sintió que se alejaba. Tenía unos pasos firmes que resonaron como eco en su cabeza.
-Está bien -ya asumiendo que lo llevarían de su lugar de origen juntó sus manos incómodo-. ¿Lo quiere con alguna nota en especial?
-Sí... pero, antes que nada, ¿estos gatos no tienen problemas en reconocimiento entre sexualidad? Usted sabe a lo que me refiero... -Ella susurró las últimas palabras mientras Nicolás tenía la gran duda respecto a eso. ¿Qué quería decir aquello? ¿Qué era eso de la sexualidad?
-En lo absoluto. Si lo recuerda, cuando vino por primera vez, le comenté que estos gatos están programados para enamorarse de la primera persona a la que vean. A ellos los asumirán como sus amos, independientemente de si es hombre o mujer -El gato asintió aprendiendo que ya sabía, aunque no dejaba de ser importante, lograba al menos entender lo que quería decir con aquella pregunta.
-Perfecto. Seguro que a mi hermano le agradará Nicolás.
-No por menos ha venido más de dos semanas para asegurarse de que sea el correcto. No se preocupe, será un dinero bien invertido. -Le aseguró el encargado que se apresuraba a llamar a otras personas para llevar a Nicolás a arreglarse.
-Ah, ¡quiero comprar accesorios para asegurarme de que él lo disfrute también! ¿Podemos ver aquello? -Escuchó las voces de lejos cuando era apartado. "
Entonces, esa era su situación actual. Era el regalo para un hombre, comprado por su hermana con accesorios de los cuales no sabía nada. Era perfecto... Irónicamente hablando, claro está. Suspiró con pesadez e intentó tragar saliva.
Sus orejas se levantaron curiosas al sentir el ruido de la puerta abrirse y los pasos, muy pesados de alguien caminando hacia el lugar donde se encontraba. Enderezó su espalda preguntándose si era necesario hacer algún tipo de ruido o no. ¿Y si era un ladrón? Pero, ¿qué ladrón tiraba sus zapatos lejos?
-¿Qué... mierda... es... esto? -Ahí estaba, al parecer esa persona era su amo.
Jaime llegaba de un día agotador de trabajo. Su hermana, su linda, adorada y especial hermana, había insistido en tenerlo trabajando hasta tarde. Dueños de una famosa empresa familiar, entre muchas otras cosas, millonarios y algo excéntricos, la familia Navarro, sabía el significado de tener poder y de abusar de aquello. Una prueba lo eran su hermana y él (aunque aceptaba con pesar que más lo era ella). Y ese día, lo hizo notar pero se había dado cuenta, luego de pensarlo más tarde, que algo tramaba. Lo supo, más que nada, desde el momento en que apareció en su oficina con cara de haber descubierto la cura a todas las enfermedades del mundo. Le deseó un feliz cumpleaños escueto y le aseguró que su regalo estaba en el departamento que tenía, junto a una mirada que claramente decía "hasta acá llegó tu felicidad Jaimito querido."
Ahora entendía, mirando a quién estaba en su cómodo sofá (el cual pensó ocupar para dormir), sentado con unas orejas puntiagudas y negras. Apenas le había dado para articular una simple oración alargando cada última vocal mientras sus ojos se abrían y se cerraban fuertemente como esperando que esto fuera otra de sus locas ilusiones producidas por el exceso de trabajo (aunque sea rico y poderoso, era una persona bastante antisocial, adicta a los papeles y a sus deberes). Sin embargo, había leído de esto en algún lugar o periódico. Eran unos androides que tenían orejas de gato. Los cuales habían sido creados por una empresa (cuyo nombre no recordaba ni quería hacerlo), para satisfacer necesidades de la persona a la cual pertenecían.
-Para Jaime: Espero lo disfrutes como yo lo hice al comprarlo... -Arrugó con sus dedos parte de la nota y sintió su colon apunto de hacer erupción-. Su nombre es Nicolás -Miró hacia donde estaba este y frunció más su seño-. Trátalo con amor. Feliz cumpleaños -lanzó una carcajada al aire y vio si había algún número-. No señor, yo devuelvo esto, no lo necesito...
Escuchó divertido la voz de su amo y, las ganas de conocerlo, aumentaron aún más. Nunca había tenido la oportunidad de conocer a un humano tan de cerca y, el hecho de que fuera su amo, lo hacía vivir un momento tan especial. Todo hasta que escuchó sus últimas palabras. Bajo la venda sus ojos se arrugaron y su cuerpo se movió violento. ¿Devolverlo? ¿Qué se había creído esta persona? De su boca salían quejidos y sonidos de protesta que llamaron la atención de Jaime, quién por inercia se acercó y lo sujetó de los hombros.
-Mira, y lo tienen con una bola en la boca...-Exclamó evidentemente cansado de esa situación. Aun así, Nicolás no cedió en sus quejas no concretas hasta que su no-amo, le retiró aquella banda con la molesta bola que estaba metida en su boca.
-¿Quién conchetumadre te crees para devolverme? -Gritó molesto muy dispuesto a vengarse luego de semejante idea por parte de su no-amo.
-¿Qué? ¿Quién chucha te creí vo' para tratarme así? ¿No sabes con quién hablas? Seguro vienes con una falla mental, no sabía que los que son como tú eran así. Cagaste weón, te devolveré y te cambiaré. Por último una gata te creo pero mandarme un macho y con ese carácter. -Golpe bajo. Nicolás sintió sus entrañas arder y se controló antes de hacer algo. Aquello le había dolido.
-¡Sácame la venda si te crees tan hombre y dime las cosas en la cara, maricón! ¡A ver si me dices lo mismo al verme! -Le retó, a sabiendas que una vez que lo hiciera estaría obligado a quedarse con él. Aunque sentía una pesadez estomacal creciendo; la idea de que su futuro amo no lo quisiera por el solo hecho de no ser una hembra le caló hondo. Más todo pensamiento fue interrumpido cuando la venda fue quitada bruscamente de sus ojos y encontró al hombre, dueño de aquellas palabras hirientes, su ahora amo, al frente de él-. Cagaste. -Le condenó con una sonrisa amplia.
-¿Qué? -Jaime se quedó como piedra. Había respondido al impulso de saberse retado por algo que ni si quiera era un humano. Para entonces se dio cuenta de dos cosas: Primero, que había caído como un niño de los cuales se burlaba cuando eran las fiestas sociales de gente millonaria y, segundo, que había caído en el porqué de la sonrisa ganadora de Nicolás. Se alejó y buscó entre la bolsa que estaba a un costado, el dichoso papel con las indicaciones-. Conchetumadre... -Ahí estaba "...una vez que se retira la venda, el gato solo tendrá ojos para el primer humano al cual ve..."
-Jaime... -Escuchó de cerca la voz de Nicolás. Había caído sentado a su lado, mientras su mano derecha cubría su boca preocupado por lo que leía. Poco sabía que su gato estaba apoyado en su hombro y le miraba con sus ojos cafés y brillantes-. Amo... -le sintió ronronear-. Por fin nos conocemos... -Le miró cambiar su dulce actitud, en un abrir y cerrar de ojos, a una molesta-. Trata de devolverme ahora po' conchetumadre. -Le mordió uno de los hombros y le dio la espalda ofendido.
Ahí supo que ya no había vuelta a lo que había hecho. Tragó saliva pesadamente y vio que en sus manos, estaba un consolador, el cual tenía una cola larga y negra que seguramente había tomado en medio de la búsqueda de la nota. De golpe sintió dolor de cabeza y unas intensas ganas de matar a su hermana. ¿Qué mierda significaba eso? ¿Y ahora qué debía hacer con este gato mañoso que le había llegado de regalo?
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Special Cat [Jainico]
FanfictionNicolás, un gato especial, que fue enviado de regalo. Jaime, un joven que recibió de parte de su hermana, a un curioso gato casi humano. Basado en el manga yaoi "Kawaii gate" de Lily Hoshino.