"Miente si quieres, me da lo mismo. ¿Me vas a matar?" Shen Qingqiu pregunta desapasionadamente.
"No. Creo."
Paradójicamente, esta respuesta parece enfurecer a Shen Qingqiu.
"Tu energía espiritual se siente apagada. ¿También eres una escoria medio de...
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Capitulo 5: Lo que quiere Shen Yuan.
Como todas las mañanas, Shen Yuan se despierta abrazado con fuerza a su almohada corporal Luo Binghe, que se siente agradablemente cálida y suave en sus brazos, lo que hace que se acaricie contra ella con un suspiro de felicidad.
Sin embargo, a diferencia de cualquier otra mañana, también hay un cosquilleo en su rostro. La almohada no tiene pelo. Puede tener plumas o algún otro tipo de relleno (Shen Yuan no es un experto en estas cosas), pero definitivamente no tiene pelo.
Shen Yuan parpadea y aparta un poco la cara. Para descubrir que lo que confundió con una almohada es en realidad Shen Qingqiu en un kigurumi.
No es de extrañar que se sintiera tan suave y cálido; Shen Yuan le dio el traje esponjoso exactamente por estas cualidades.
Saltando rápidamente a un estado de alerta total, Shen Yuan se da cuenta de que, a pesar de dicha suavidad, el cuerpo en sus brazos también está rígido, y la respiración de Shen Qingqiu es rápida y superficial.
Shen Yuan rápidamente lo libera y se aleja.
"¡Lo siento mucho! No lo hice, estoy acostumbrado a dormir con él, no importa. No fue mi intención... acosarte así, jajaja."
"Agárrame", Shen Qingqiu, que parece haber recuperado la compostura, hace eco secamente. Tiene razón, ya que abrazarte como un peluche grande sería una expresión mucho más precisa en este caso, ¡pero Shen Yuan estaba tratando de salvarles la cara a ambos!
Shen Qingqiu se sienta, lleva las rodillas al pecho y mira a Shen Yuan desde debajo de la capucha con orejas esponjosas en blanco y negro, y Shen Yuan una vez más se felicita por la idea de hacer que su invitado use el kigurumi de leopardo de las nieves, porque Shen Qingqiu se ve muy acogedor en él.
Ciertamente se sintió lo suficientemente cómodo en los brazos de Shen Yuan. Un hecho en el que Shen Yuan no va a insistir, no, gracias, señor.
"Voy a hacer algo de desayuno, ¿qué te parece?" anuncia alegremente. Shen Qingqiu frunce el ceño un poco pero no dice nada.
Shen Yuan encuentra avena instantánea en la parte trasera de uno de los armarios de su cocina. Está cerca de su fecha de caducidad, pero aún debería ser comestible; además, dice ser orgánico, lo que no puede hacer daño. El lamentable estado de su despensa le recuerda que debe hacer algunas compras.
"¿Necesitas ayuda?" Shen Qingqiu pregunta mientras Shen Yuan enciende el hervidor eléctrico y vacía el contenido de dos paquetes de avena instantánea en dos tazones.
"¿Mmm?" Shen Yuan pregunta, girándose hacia el otro hombre para descubrir que ha cambiado el kigurumi por ropa normal.
Demasiado.
"Necesitas ayuda. Con el desayuno", vuelve a preguntar Shen Qingqiu, lento y claro como si le hablara a un idiota.
"Vaya. Jaja, no, la comida instantánea es un trabajo de un solo hombre", explica Shen Yuan, señalando vagamente la tetera hirviendo. "Sé que técnicamente no debería darte comida instantánea, pero la avena está en la lista aprobada por el médico, así que..."
