Justin volvió a casa esa misma noche, sin quitarse de la cabeza la cara de Ash cuando él salió de la sala de boxeo después de...en fin, ser un idiota con ella.
Y no, no estaba orgulloso de lo que había hecho. Debido a su situación en casa, Justin sabía mejor que nadie que jamás había que humillar a ninguna mujer de esa manera, públicamente o no.
El chico conducía por las calles ya oscuras de la ciudad, dando volantazos en seco debido a la gran cantidad de impotencia que sentía en ese momento.
No le gustaba lo que había hecho con Ashley. Decir que había sido un hijo de puta era quedarse corto de palabras, y él lo sabía.
Sin embargo; había una cosa que Justin odiaba con todas sus fuerzas. Que la gente como Ash, gente extrovertida y sin vergüenza ninguna, tomaran por idiotas a las personas calladas como él.
Justin tenía muchos motivos por los que quería permanecer callado, y Ashley no era nadie como para aprovecharse de su silencio.
A pesar de todo el remordimiento que sentía, en el fondo se alegró de haberla humillado. Se había defendido y le había devuelto la jugada a esa niña de papi. Ahora estaban en paz.
Justin se estremeció cuando, tras aparcar frente a su casa, salió del coche y el frío se introdujo en cada rincón de su cuerpo, que solamente estaba cubierto por una camiseta negra apretada.
Las luces del piso de arriba de la casa estaban abiertas, e incluso desde el jardín, Justin pudo ver un par de movimientos extraños detrás de las cortinas.
Justin frunció el ceño, comenzando a sentir una extraña presencia en el centro de su pecho. Algo no estaba bien.
Cuando un grito débil atravesó sus oídos, Justin enseguida supo lo que estaba pasando. Echó a correr por el jardín y abrió la puerta lo más rápido que pudo.
Entró en el comedor, dispuesto a subir las escaleras cuando una pequeña figura acurrucada contra una pared llamó su atención.
Jazzy tenía la cabeza enterrada en las rodillas, cubría sus oídos con sus manos y lloraba desconsolada. Cuando oyó el sonido de la puerta, levantó la cabeza de inmediato, mirando a Justin como un ciervo asustado por los faros de un coche.
El rubio sintió que se le partía el corazón al ver a su hermana así, al ver como todo el salón estaba totalmente revuelto, al oír los gritos procedentes de la habitación de arriba.
"Justin..." lo llamó ella, pidiéndole con la mirada que detuviera todo aquello.
Si fuera por él, claro que lo hubiera hecho. Hubiera dado cualquier cosa con tal de que toda esa pesadilla se acabara, pero por desgracia, las cosas no funcionaban así.
Justin corrió hacia su hermana, quien lloraba como si no hubiera un mañana. Se arrodilló en el suelo, a su lado.
La abrazó de inmediato, tratando de cubrir sus oídos para que ella no oyera los gritos ni los golpes que retumbaban entre las paredes.
"Shhhh" le susurró él, apretando sus labios sobre la parte superior de su cabeza, besando su pelo "Shh, todo está bien"
Jazzy negó, todavía llorando mientras Justin la mecía en sus brazos como si fuera un bebé.
"Nada está bien, Justin. ¿Qué está haciendo papá?" le gritó ella, no porque estuviera enfadada, sino porque estaba totalmente asustada.
Los ojos de Jazzy se abrieron de par en par cuando otro grito por parte de Pattie resonó entre las paredes.
Y aquello fue suficiente para que Justin apartara a su hermana de su regazo y se pusiera en pie.
"No lo sé, pero voy a subir. Tengo que parar esto" casi sin mirarla, Justin se dispuso a subir las escaleras, cuando la voz de Jazzy lo llamó.

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Used to ~Jb~ (Terminada)
FanfictionNunca hubiera imaginado que te fijarías en alguien como yo. Tú podrías tener a cualquier chico que quisieras al alcance de tu mano, ¿por qué me elegiste a mí, Ashley?