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―¿No podemos usar magia? ―Preguntó la profesora Chariot, frunciendo ligeramente el ceño con dolor al ver a su alumna.

La directora negó con su cabeza, observando a la estudiante que estaba recostada sobre la camilla de la enfermería, con la respiración agitada y una capa de sudor cubriendo su cuerpo, inconsciente ante el malestar que sentía y con los ojos cerrados con fuerza, como quien tiene una pesadilla horrible de noche.

—En este tipo de situaciones, hay que evaluar si la magia se puede usar o solo afectaría al mago. Akko es una bruja, inconscientemente hara uso de la magia, pero en poca cantidad, nosotros debemos apoyarla con rehabilitación y medicamentos que ayuden a que su recuperación sea satisfactoria. Si nosotros hacemos uso de la magia en ella, posiblemente las heridas logren cerrar con mayor rapidez, sin embargo, al ser una herida de magia es probable que un uso excesivo de ella afecte más que favorecer, así que debemos esperar a que su propia magia se encargue de la mayor parte; nosotros debemos apoyarla únicamente con medicamentos, y ayudar a su cuerpo a tener reposo para que logre mantener constante su magia durante estas semanas

Diana, quien únicamente se había encontrado en silencio desde hace varios minutos, observando a Akko retorcerse suavemente en la camilla, finalmente habló. —¿S-Semanas? —Cuestionó, sintiendo aún más intenso ese dolor que desde un rato tenía su pecho.

La mayor, mirándola, solo sonrió, tratando de transmitirle un poco de calma.

—Es un proceso largo al ser poca la magia que se debe usar, es por ello que le tendremos que administrar medicamentos y quizás ciertos recursos naturales con propiedades analgésicas para ayudarle a reducir el dolor que estará sintiendo -Observó el horror en el rostro de su alumna estrella, por lo que rápidamente intento calmarla añadiendo algo más. -Será lento, pero estará bien, seguramente su recuperación será absoluta al ser lenta

Mirando al suelo, llena de culpabilidad e incluso ganas de llorar, Diana se giró lentamente y caminó hacia la salida de la enfermería. —¿Despertara pronto?

—Quizás lo haga en cuatro o cinco días, podría ser hasta una semana —Esta vez respondió la profesora Finnelan, notando el enorme remordimiento de la Cavendish. —Diana, esto no es tu culpa, simplemente se salió de las manos de ambas, Kagari-San estará b...

—Vendré a verla más tarde —Interrumpió a su profesora (algo que ciertamente no solía hacer). —Gracias —Susurró, antes de salir del lugar.

Su garganta dolía, dolía mucho. Sentía que habían mentido un maldito hierro hirviendo en calor en su tráquea. Dolía tanto que le constaba hablar.

No fue capaz de llegar hasta el final del pasillo. Su cuerpo comenzó a temblar de forma aún más intensa de la que lo había estado haciendo, provocando que cayera de rodillas en el suelo, con sus manos recargadas en este y una lágrimas tras otra cayendo de sus mejillas. Aun sentía esa sensación tan horrible que hace algunas horas la había acechado, sentía sus manos sucias, sentía que en cualquier momento se rompería y no podía dejar de sentir aquel inmenso temor de perderla, de saber que había estado a punto de morir.

Un sollozo, dos, tres, cuatro, cinco. En cuestión de segundos el pasillo fue inundado por un llanto lleno de frustración, enojo, dolor y culpa.

—¡Maldita idiota! —Grito a regañadientes, cerrando con fuerza sus puños y dando un golpe en el piso, con una voz completamente quebrada y un dolor intenso su pecho. Tenia tanto coraje contra si misma en ese momento que ni siquiera le importaba hacerse daño; creía se merecedora de cualquier cosa que le pasara y que la lastimara.

No la había logrado proteger, no había logrado tomar el control de la situación a sabiendas de que el lugar donde estaban estaba lleno de magia y no podían hacer un gran uso de esta. ¿De qué mierda le servía ser la mejor alumna de Luna Nova si ni siquiera pudo cuidar bien de su amiga... ¿De la persona de la cual estaba enamorada?

Little accidentDonde viven las historias. Descúbrelo ahora