🌈014

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Dos besos más en la mejilla y dejé por fin respirar a mi novio que me soportó dos horas estando pegado a su cuerpo y llenándole de besos a cada rato, aunque sabía que en el fondo eso le gustaba, pero se había quejado varias veces y ya en esta última le había hecho caso.

 —Te dejo tranquilo, luego no me pidas más amor.

Él rio y negó con la cabeza divertido. Se estiró y se levantó de su cama para ir a coger el cargador de su móvil que se estaba quedando sin batería. Nos habíamos pasado toda la tarde echados y viendo la televisión, nada interesante.

—Oye, —se sentó en su cama de nuevo. —
¿qué es de tu amiga Minnie? ¿Sabe que estamos juntos? Le gustaba o gusto y no quiero hacerla sentir mal.

Al escuchar el nombre Minnie me quedé petrificado y sin saber qué responder. Se me había olvidado por completo que me había estado haciendo pasar por una chica y que él tenía agendado el número de teléfono de mi abuela inactiva. ¿Cómo iba a escapar de esto? ¿Debía decirle la verdad? Era la mejor opción, pero me daba miedo que se pudiese enfadar y mandarme lejos.

—¿jimin? ¿Está enfadada? Dile que lo sien...

—No es eso. —le interrumpí.

—¿Entonces? —me miró expectante.

No podía soltarle de repente que me había inventado todo para poder conquistarle. ¿Qué pensaría de mí al enterarse? ¿Y si quería terminar conmigo por haberle engañado? No podía permitir que eso ocurriese, todo se iba a ir directo a la mierda por haber sido un estúpido que no pensó en las consecuencias que podría tener por hacer aquello.

—¿Me vas a responder o no? —me sacó de mis pensamientos.

Le miré a los ojos con un rostro arrepentido, me estaba sintiendo muy mal. Lo que menos quería era provocar una pelea.

—¿Qué pasa? —su semblante cambió a uno preocupado.

—Verás, es algo complicado. —hice una mueca, no estaba preparado.

—Cuéntame. —animó.

—Está bien, pero prométeme que no te vas a enfadar. —alcé el meñique.

—Siempre que alguien dice eso es porque se viene algo malo. —frunció los labios.

—Efectivamente... A ver, no es tan malo. — rectifiqué con rapidez.

—Cuenta entonces.

Me mentalicé por unos largos segundos y solté todo lo que había hecho para poder lograr conquistarle. Le confesé la desesperación que tenía por saber lo que le gustaba en las mujeres para poder acercarme más y más a sus sentimientos. Dejé claro que no lo había hecho con la intención de ser un mentiroso y engañarle, sino que no pude confesar que era yo por miedo a que él me rechazase en ese momento, ya que no le agradaba por ese entonces.

Cuando terminé de confesarlo todo, me callé a esperar por una respuesta, ya fuese negativa o positiva. Si se enfadaba podía entenderlo, lo que no quería era que perdiese la confianza en mí.

—¿En serio siempre fuiste tú?

Parecía que todavía no lo asimilaba, y lo podía entender.

—Sí. —asentí temeroso.

—¿Minnie no existe?

—No. —negué ahora.

—Entonces, ¿tienes dos teléfonos? —señaló el aparato.

—Sí, de hecho, justo el que uso contigo es el de mi abuela. El de Minnie es mi número real.

Él abrió la boca sorprendido y desbloqueó su teléfono para meterse en sus contactos. Buscó el mío y lo eliminó, después buscó a Minnie y cambió el nombre.

𝐂𝐨𝐧𝐪𝐮𝐢𝐬𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐀 𝐮𝐧 𝐇𝐨𝐦𝐨𝐟𝐨𝐛𝐢𝐜𝐨 ღ𝒌𝒎 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora