La literatura de los sentimientos

Inefable

"Que no puede ser descrito con palabras".

Ella era arte, tenía magia y no lo dudo, estoy seguro. Nunca había visto una sonrisa que desprendiera tanta energía y alegría, todos al verla sonreír quedaban flechados, me incluyo en el primer lugar.

Podía ser el día más pesado, el más gris o el más agotador pero juro que con ella nada parecía estar mal.

¿Es esto normal? Me hice la misma pregunta un millón de veces, y esas millones de veces llegué a la misma respuesta, definitivamente no era normal.

No era normal que una persona tuviera tanto poder sobre mí, y lo más hermoso de todo es que ella era totalmente inconsciente de eso. Nunca sentí que intentara lograr algo conmigo que no fuera más que amarme de la forma en que todas las personas buenas deberían ser amadas, con devoción, admiración y respeto.

Existía una profundidad en nuestra relación que simplemente no puedo explicar, y me gustaría poder hacerlo, pero no encuentro una manera de darle palabras a sentimientos que bailaban el vals más delicado y perfecto en mi alma, y todavía lo hacen, incluso con más dedicación que antes.

En los descansos de las grabaciones, mientras ella reía con los demás, la veía y por mi cabeza solo pasaba la siguiente pregunta: ¿Qué hice yo para merecer la bendición de conocerla? Porque conocerla sin duda era una bendición, un privilegio que deseo que otras personas también tengan, porque ella es ese tipo de persona que llega a tu vida solo para mejorarla. Y eso era solo por el hecho de conocerla, todavía recuerdo que sentí estar en un sueño cuando comprendí que había ganado su corazón. Porque amarla y ser amado por ella era recorrer una galaxia entera y descubrir que cada detalle es más hermoso que otro.

Lo nuestro siempre fue inexplicablemente profundo y verdadero, había más verdad en nosotros que en las palabras de un niño o de un borracho, porque éramos reales, nos envolvía tanta realidad que a veces pensaba que no estaba respirando el mismo aire que los demás, ella era mi respiración. Pero ¿Fui capaz de afrontar lo más real que había tenido en la vida? No, me rendí antes de solo tener que dar el último golpe. ¿Me arrepiento? Cada segundo de mi existencia. ¿Después fui feliz? Solo he conocido la verdadera felicidad con una sola persona...