Todavía respira 26

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Su celular vibró, sacándolo se su bolsillo con tranquilidad, alzó las cejas y se apresuró a atender al ver el nombre en la pantalla.

— Rose— murmuró, mirando hacia el asiento delantero, hacia su chófer, deseando estar sola—. Creí que no me llamarías.

No iba a hacerlo.

La voz grave de la chica la hizo suspirar un poco.

Pero... Aquí tu omega se desmayó.

Jisoo frunció el ceño, ladeó la cabeza, y tardó unos segundos en hablar.

— ¿Cómo?

Manobal Lisa— la beta intentaba sonar despreocupada, pero Jisoo pudo notar el nerviosismo en su voz—, perdió el conocimiento, ahora la acosté en tu cama, era lo más cercano, no la iba a tener en brazos todo el día hasta que regresaras...

Jisoo golpeó el asiento del conductor, haciendo que el chófer lo mirara por el espejo.

— Regresemos a casa, rápido— ordenó, el hombre sólo asintió, girando en la próxima esquina.

Jisoo volvió a colocar el celular sobre su oreja.

— ¿Pero está bien?

Escuchó un silencio y luego a la rubia suspirar, en ese tono de "no me gusta que te importe" que hablaba desde hacía bastante.

Se ve muy enferma, Jisoo— murmuró por el teléfono—. No tiene color y está fría, aunque su frente está muy caliente... Creí que ibas a cuidar mejor a tu omega.

— Deja de decir eso, no es mí omega, y no lo será nunca, idiota— Jisoo intentaba controlar su enojo, aunque no le resultó muy bien—. Me preocupo por su estado, pero eso no significa nada, ¿Cuántas veces te lo tengo que decir?

Escuchó el silencio del otro lado de la línea, cosa que la inquietó, y la hizo dudar si había usado su voz de alfa sin querer y eso había incomodado mucho a Rose, la chica era tan sensible como una omega en ocasiones.

La cubrí un poco con las sábanas— escuchó su voz luego de unos segundos, su tono estaba totalmente normal.

Jisoo soltó el aire que había retenido.

Sigue respirando, tranquila— continuó la rubia—, por ahora.

— ¡Rose!

Escuchó su risa, Jisoo se frotó el rostro, aunque sonrió un poco, hacía bastante que la chica no bromeaba.

Ya, no la mataré— dijo Rose, como para "tranquilizarla"—, ¿Ya estás en camino?

Jisoo separó el celular de su rostro para pedirle al conductor que acelerara.

— Llego en dos minutos— dijo la pelinegra—, o menos.

Bien, adiós.

— A-... Espera, Rose, ¿Qué hacías en mi casa?

El pitido de la llamada finalizada la hizo maldecir por dentro.

No llegó a guardar su teléfono que una nueva llamada la hizo detenerse, viendo el nombre de Kim Yerim.

— ¿Buenas? — preguntó, sin saber muy bien el porqué de la llamada, ya que desde que la pelinegra se había marchado no habían estado en contacto.

Hola, Jisoo— su tono de voz parecía la de alguien estresada.

— ¿Pasó algo? — preguntó con algo de miedo.

Delta - LisreneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora