Capítulo 0

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El omega del joven amo Katsuki

Prólogo

Aunque puede ver con claridad las lágrimas que salen de ojos de su hijo, Mitsuki no escucha sollozo alguno, ni siquiera algun hipido. Como siempre, Bakugo es tan orgulloso. Y ella como la mujer que es no puede sentir más orgullo pero justo en este momento...

— Eres consciente de lo que hiciste, ¿no es así?

— ...

El muchacho apretó la tela de sus shorts marrones con ambas manos y tensó sus hombros, el orgullo lo hizo apretar sus labios para no soltar ningun sonido lastimero. Aunque llorando, le resistió la mirada a su madre. Pero ni siquiera eso la hablandó, puede ver lo molesta que está. Sentada frente a el, cruzada de brazos con dos de esos feroces hombres a sus espaldas tras el sofá, escoltándolos a ambos. Habia otropar de esos hombres afuera de la habitación custodiando la puerta, y muy posiblemente habria más por el pasillo. Siempre que su madre lo visitaba en alguno de los escondites era lo mismo.

— Pequeño Katsuki... Si entiendes lo que hiciste mal, dilo en voz alta para que mami no se enoje más. —La mujer refunfuña entre dientes, acariciándose el puente de la nariz. Con gesto irritado, deja caer un poco los párpados para verlo con severidad.

Bakugo pasa saliva duramente.

Sabe lo que hizo mal.

Pero no quiere decirlo en voz alta frente a todos estos hombres. Su orgullo como alfa estaba en riesgo. Por eso, encontró la fuerza para negar con la cabeza un par de veces. No va a hacerlo.

El rostro rojizo y molesto de su madre se hizo evidente en menos de un segundo.

— ¡Kat-su-ki...! —Grita con advertencia, poniéndose de pie. — Necesito que comprendas lo serio que es ésto. 

Bakugo frunce sus delgadas cejas y permanece en la misma posición, lo único que cambió fue que mas lágrimas salieron de sus ojos. ¡No puede contenerlas, maldición! Mitsuki coloca con algo de violencia sus manos sobre la mesa, tan fuerte que la madera crujió y el florero que habia encima se volcó. Pero reaccionó al instante y se volvió a sentar, juntando sus manos con algo de ansiedad. Ni siquiera estaba molesta con su hijo, pero el efecto dominó de su acto fue lo que le trajo todo esto para empezar. 

Un sonido agudo llama su atención, un sollozo que no pudo ser contenido. Mitsuki levanta la mirada y observa como Bakugo comienza a limpiar los gruesos lagrimones de su jovial rostro, rojísimo. Mira a su alrededor y le hace un gesto a sus guardias para que salgan de la habitación, quienes solo asienten en silencio y hacen lo ordenado. Finalmente se pone de pie para rodear la mesita de la sala y sentarse a un lado de su hijo. Al instante, su cintura se ve rodeada por los delgados y pequeños brazos y ya lo tiene escondiéndose en su regazo como el niño que es, que debería ser. 

Siente compasión, pero también preocupación. Una de sus manos le palmea la espalda, mientras la otra le presiona suavemente por la frente. Bakugo está ardiendo, aguantó mucho después de todo. Suelta un largo suspiro de cansancio y lo deja ser.

— Sueltalo todo...

Lo que habia sucedido superó sus peores pesadillas. Como mujer, sobrevivir en esta sociedad había sido complicado. Sobretodo tras la muerte de su esposo. Le dejó a su pequeño la peor herencia de todas... 

Una maldita mafia.

Habia deseado con todo su corazón que su pequeño tuviera una vida normal, una infancia natural y adecuada.Pero con esto era muy dificil. Tuvo que hacer de todo para ganarse el respeto de estos rufianes tras la muerte de su esposo, algunos desertaron y otros, afortunadamente, estuvieron dispuestos a ser leales a su nuevo joven amo. Pero mientras él llega a la edad adecuada, su madre estaba por el frente. 

El omega del joven amo KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora