Desierto

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Acaricia mi gran desierto que está a tu merced, ardiente y exhausto.

Acaricia hasta llegar más allá, más allá de las nubes, más allá de las estrellas, más allá de nuestra razón.

Sólo acaricia donde esté llano, donde haya dunas, donde puedas pasar tu firme flama y así marques mi alma, acaricia todo lo que te ofrezco hoy aquí. Que mañana, a mi pesar, no estaré para decirle a usted que fue mi tranquilo y pacífico oasis en mi solitario y oscuro desierto.

Alas de porcelanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora