Poco Creíble || LixBin

8

En esos últimos meses, Changbin ha estado yendo constantemente al gimnasio; ya que hace poco se había interesado en mejorar su físico. Se encontraba a si mismo demasiado delgado y de aspecto muy deplorable y eso no le gustaba para nada.

Por lo que, en esos meses, su cuerpo se ha vuelto cada vez más robusto dándole un aspecto más fuerte y más atractivo.

Y Felix.
A Felix se le hacía agua la boca cada que Changbin llegaba a su casa de visita, justo después de haber hecho un trabajo arduo en el gimnasio; llegando a su hogar con una camisa sin mangas ajustada y unos shorts a medio muslo que dejaban un pequeño vistazo del esfuerzo hecho en esos meses.

Puede que lo normal fuera que Felix se empezará a sentir insuficiente con su aspecto; pues pese a que también él iba al gimnasio, sus rutinas no acreditaban a tener un cuerpo tan trabajado. Simplemente le ayudaba a mantener cierta figura.

Pero Felix amaba está nueva diferencia que estaba habiendo entre ellos.
Changbin se veía perfectamente como el novio que lo podría proteger de los rayos en los días lluviosos, del tipo de novio que lo abrazaría fuertemente y no lo soltaría; y a él le gustaba esa sensación.

Y Changbin se sentía igual.
Se le hacía tan lindo ver el cuerpo alto y delgado de su chico cubriendo de forma no exitosa su cuerpo en un abrazo cada que el llegaba del Gym.
De como fácilmente lo podía cargar cuando su menor se lo pedía, y el como podría moverlo de un lugar a otro fácilmente si él quería.

- Que sexy.- juguetonamente, Felix recarga su rostro en su mano mientras sus ojos veían hipnotizados al contrario.
Frente a el, estaba Changbin bebiendo una botella de agua, con una toalla cubriendo su cintura y el cabello húmedo goteando entre sus hombros debido a que hace poco ha salido de la ducha; pues había tomado un baño en la habitación de Félix debido a que llegó del gimnasio hace poco.

- ¿Eh?- confundido, se gira a ver a su chico, viendo cómo se lo comía con la mirada.

- Eres tan sexy, y tan bonito.- vuelve a decir sonrientemente el menor, señalando al pecho y el abdomen descubierto de Changbin, dónde se podía ver cómo sus abdominales se marcaban fuertemente en lugares donde antes no había nada.
Changbin se sonrojo ante el halago y la mirada del contrario, cubriendo inconscientemente entre sus brazos su pecho descubierto, mejor dejando de lado la botella de agua.

Tal vez es mejor idea cambiarse.