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A Changbin le gustaban los días lluviosos, donde se podía escuchar la ruidosa lluvia caer y los truenos iluminar el cielo como si se tratarán de un show creado por la naturaleza, cosa que, a diferencia de él, Felix parecía odiar aquello con toda su alma.
El fuerte estruendo de aquellos relámpagos de luz le daban miedo y le sobresaltaban, pensando en que un día de esos alguien moriría por un trueno fuera de su departamento.

- Changbin hyung, tengo miedo.- con un hilo de voz, Felix murmuró de forma temblorosa, apretando el agarre de sus manos en la cintura del mencionado, quien le acariciaba el cabello como si se tratara de un bebé. Felix era su bebé.

- No tengas miedo.- comentó el azabache, empezando a darle besos en la frente al castaño, quien empezo a reír de una forma grave y vaga por ello.

- Si hace eso le daré un beso.- el cambio de voz en el menor asusto al contrario, siendo que aquel hilo de voz que tenía hace unos minutos el menor, parecía haberse vuelto en toda una cuerda fuerte y resistente.
Changbin agradecía de que la habitación se encontrara a oscuras debido a que la noche ya había caído; si no fuera así, probablemente se notaría su fuerte sonrojo en la punta de sus orejas.

Pero trato de ignorar el sentimiento, acomodándose en la cama para poder sentirse más cómodo, sintiendo como el agarre de Félix se apretaba más al momento en el que un estruendo sonó.

No fue hasta varios minutos después que Felix cayó rendido por el sueño, apenas conciente del porque se encontraba en la cama de Changbin; y mientras el menor dormía, Changbin lo observaba a través de la oscuridad enternecido.

Era tan cómodo esto. El dormir abrazados de esa forma se sentía como algo de lo que nunca se cansaría.
Para Changbin, dormir con un Felix aferrado a su cuerpo, asustado por los truenos a través de la lluvia era cómodo. Se sentía como proteger lo que más quería.

Poco Creíble || LixBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora