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Si uno, en un intento de hacer uso de su razonamiento, se ponía a pensar de mejor forma en las cosas con las que Felix podía resultarte, entonces uno caía en cuenta de que este te salía con una, y un millón. Tan solo con la mitad de esas cosas en las que uno pensaba de él se podia formar una gran lista sobre cada una de aquellas cosas sorprendentes.

El simple hecho de que la apariencia de Felix fuera suficiente para crearle toda una personalidad de chico bonito y lindo, era suficiente para que al final terminaras con un gran susto en la boca.
Empezando con el hecho de que... ¿cómo alguien que luce como él es capaz de tener una voz así de grave?

Un sinfinidad de cosas tenía el - recientemente - rubio, que ya incluso el chico se podía comparar con una cajita sorpresa llena de muchas y muchas sorpresas.

Y... para añadirle a esa caja de sorpresas, Felix era uno de los tantos chicos que gustaba de molestar a Changbin. ¿Con que? Con su estatura.

Antes los ojos del rubio sonriente de múltiples puntos, Changbin era una cosita pequeñita que debía de proteger y amar de forma adecuada. Casi como si se tratara de un pequeño cristal frágil y fácil de romper.

Como si no fuera suficiente con aquella personalidad tan adorable y cambiante que poseía el mayor, su tierna estatura era como si se tratara del plus ante su ternura. Como la cereza del pastel.

Tampoco es como que Felix fuera 20 centímetros más alto que el mayor, pero al menos - a su parecer - 5 centímetros seguía siendo un diferencia considerable y notable.

- ¿El pequeño no puede alcanzar eso?.- con una sonrisa y un tono de voz tan agudo como un mosquito, Felix llegó de quién sabe donde a la habitación, viendo de forma enternecida a su contrarió.

Parando de sus pasos de la nada, el rubio observo la "pequeña" figura de hombros anchos que se encontraba de pie frente a él, dándole una agradable vista de su espalda como si ignorara de su existencia de adrede.

Changbin parecía encontrarse mucho más concentrado en tratar de bajar algo de la parte más fría del refrigerador; quien - aparentemente - había llegado a su punto límite de su paciencia, pues este se encontraba de puntitas en un intenso intento de alcanzar el paquete de waffles listos para preparar que se encontraban a la vista.

Sonriendo, y haciendo de un buen uso de la situación, Felix se acercó por detrás de Changbin como si se tratara de un novela romántica cliché; mientras estiraba de su brazo a un lado de su pareja haciendo de su rostro una expresión indescriptible, quien parecía observar de un lado a otro confundido ante la aparición de él.

El azabache no se había percatado de la presencia de Felix en la habitación.

- Que tierno eres.- ofreciendo el paquete de Waffles, Lee parecía sonreír de una forma sumamente tonta ante la felicidad de poder haber tenido el placer de haber amanecido con la imagen adorable de un Changbin de puntitas.

- Cállate y mejor ayúdame.- murmuró Changbin, frotando de su nariz mientras caminaba de forma apresurada hacía la estufa, sintiendose avergonzado ante aquella imagen ridícula que le había otorgado al menor.

Poco Creíble || LixBinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora