Capitulo #1

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El grupo de jóvenes se movía de aquí para allá, recorriendo todas las habitaciones de la casa buscando a la bola de demolición que tenían por amigo. Jeno salió al jardín descuidado de la propiedad, encontrándose ahí al dueño, un hombre robusto que parecía haber perdido toda su fuerza muscular. Sus manos callosas contaban billetes seguramente de alguna de sus ventas. El azabache tose y por suerte llama su atención, el hombre de barba recortada y melena gris le miró ojeroso, con un puro en sus labios.

— Señor Na ¿sabe dónde está su hijo? no le encontramos.

El señor se encoge de hombros de forma distante dejando salir el humo por su nariz, el sol golpea fuerte en esa época del año, con sus brazos sudados le lanza un gesto desinteresado señalando el interior de la casa.

— Ese cabrón debe estar en el altillo, cuando se pone nervioso se esconde ahí como un rata. — Se desvía de nuevo, dándole la espalda.

Lee en cambio, decide darse la vuelta para avisar al resto y buscar a su mejor amigo, esa noche sería por fin el concierto. La voz ronca del hombre le para de nuevo.

— Jeno. — El mencionado se giró, asomándose en la esquina del porche, su cabeza hizo un gesto en señal de que era todo oídos.

— Cuida a mi chico, ya sabes como se pone Jaemin cuando entra a Jungle.

— Tranquilo, sabemos domarlo.

Finalmente se fue, dejando al señor que continuaba con sus cuentas mientras sonría socarronamente para si mismo.

Mucha gente sabia como  funcionaba su hijo, pero nadie, ni ellos, podían domarlo.
Era su culpa, de todos modos.

Finalmente, después ver en su habitación vacía, literalmente, decidieron subir al viejo altillo de la casa y como era costumbre se cubrieron con sus manos para evitar que el polvo cayese junto con las escaleras, pero este no se presentó. Entre todos se miraron y supieron que albino había subido.

Ahí estaba, dormido en un colchón desaliñado con tan solo unos calzoncillos, como no era de esperarse el lugar estaba algo desordenado pero no le dieron importancia.
Los ronquidos eran altos, demasiado para Donghyuck, el cual tenía un trastorno obsesivo con los sonidos inoportunos, el moreno toma una caja vacía que está en su camino y se la lanza al chico que dormía a pierna suelta, ni si quiera se inmuta.

— Tú, parasito.

— ¿Mamá. . ?

Se levanta molido, con voz ronca y ojos llorosos, dándoles a saber del profundo sueño que acaba de abandonar.

— Oh, buenos días, feliz navidad.

Jisung se dejó caer en el colchón, enarcando una ceja.

— Es pleno Junio, y es de tarde, ¿cuánto llevas dormido?

Este se encoge de hombros, solo Jeno niega con la cabeza mientras saca su teléfono y le enseña la hora, aunque el otro no la distingue muy bien.

— Dijiste que nos encontráramos a las siete para llevar el equipo, y son las nueve.

— Oh, mierda. . . — Despeinó un poco sus cabellos parados, sintiendo el estrés invadirlo de la nada. — Se me ha pasado, pero me visto y nos ponemos a ello. —

Jaemin se disculpó en todos los idiomas que sabía y en los que no mientras se vestía, trató de no tardar demasiado escogiendo, para su suerte su mente era previsora a veces, así que la madrugada anterior vació su armario buscando lo mejor.
Abandonaron la casa y se movieron a la del más joven del grupo para transportar todas las cosas necesarias al local, no estaba muy lejos y no eran tantas cajas así que un viaje en camioneta fue suficiente.

━ HE LOVES HIM, NO ? [JAEMREN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora