𝓗𝓲𝓵𝓸 𝓻𝓸𝓳𝓸

𝓐𝓬𝓮𝓻𝓬𝓪𝓶𝓲𝓮𝓷𝓽𝓸

— Ah... — suspiro con cansancio, su rostro denotaba tristeza y su aura no parecia la de ese chico carismatico que regularmente era.

— Nunca te había visto suspirar, Ace, ¿pasa algo? — la primera en preguntar fue una peli-anaranjada.

— ¿Un problema amoroso? — cuestiono un moreno de nariz alargada.

— Si, de hecho si.

— ¡¿Enserio?!

— ¡¿Enserio?!

Las voces de ambos sonaron al unisono.

— ¿De quien se trata? — la mujer se acerco para quedar frente al pecoso. — ¡¿Una amiga tuya?! — se notaba demasiado interesada en la respuesta. — ¿Es menor o mayor que tu?

—En grado academico mayor, pero en años yo soy mas grande.

— Ni siquiera me di cuenta — no es como si el joven conociera mucho a Ace, pero creía saber lo suficiente como para entrometerse. — Debemos planear una gran estrategia para tu confesión.

— Ya me confesé y me rechazo, al parecer le gusta alguien mas. — no quería sentirse mal por eso sin embargo era prácticamente imposible.

— Seguro encontraras a alguien más. — se apresuro a decir la mujer — Aunque la amaras no era para ti. — sonrió algo (muy) alegre al decir aquello.

— Supongo que es cierto, desde que se enteró de lo que siento me evita, no quiere cruzarse conmigo, es más que claro que no le intereso en lo más mínimo. — no necesitaba ser un genio para darse cuenta que Sanji hacia de todo para no cruzarse con él en los pasillos. — Pero no es fácil olvidarme de esto que siento, no lo entiendo, solo veo su rostro y me siento abrumado, mis sentimientos son confusos y aunque he salido con mas personas jamas me había sentido así. — deseaba a Sanji de una forma que no tenía explicación.

— Si no tiene novio quizás puedas intentarlo un poco mas.

— ¡Usopp! — el rostro de Nami no se veia del todo feliz.

— ¿Qué? no digo que la acose, simplemente que conviva con ella, podrían darse las cosas.

— Asi como no podrían darse.

— La vida se trata de riesgos, sino arriesgas jamás ganarás. — sus ojos se clavaron en el mayor antes de continuar. —Aferrate e intentalo, Ace, si necesitas apoyo estaré aquí.

—Ah... — dudo antes de continuar. — Supongo que si se darán las cosas, se darán. — miro fijo al azabache. — Si es quien creo que es y las cosas se dan, mas te vale que todo salga bien, ¿entendiste? — solo existía esa opción si el pecoso quería permanecer sin daño alguno.

— Me esforzaré en que asi sea. — sus labios se curvearon en una sonrisa. — Lo prometo.

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—¡Achu!

— ¿Todo bien, Sanji?

— Si, Vivi-Chan. — «De pronto la piel se me puso de gallina.»

—¿Un resfriado?

— No lo creo, solo fue un estornudo que salio de la nada. — rio alegre, le encantaba cuando la peli-azul se preocupaba por él.

— Deberias ser cuidadoso con tu salud, no puedes ir por la vida actuando tan despre... ¡Achu!

—¡Vivi-Chan! — de su mochila saco un pañuelo y de forma rapida se lo paso a la joven.

— Gracias, Sanji, mis consejos deberian ser para mi misma para empezar. — rio al tiempo que se acomodaba un poco de pelo detras de su oreja.

— «Es demasiado linda.»