La Gente del Mar

 
Desde que los seres humanos habían comenzado a desplazarse por el mar la gente del mar se había visto obligada a esconderse pies los humanos solían capturarlos y matarlos. Debido a esto se mudaron a ciertos puntos del mundo donde los humanos preferían no ir ya que fuerzas desconocidas hacían sus barcos desaparecer o porque según ellos se encontrarían con el borde del planeta y terminarían cayendo.
En esos lugares crearon enormes ciudades con civilizaciones complejas escondidos de los seres humanos. Pasaron los años y los humanos terminaron por creer que solo eran seres mitológicos.
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Young Saeng era un muchacho de 15 años quien era hijo del rey. Había crecido escuchando historias sobre los seres humanos y lo terribles que eran pero, lejos de sentir miedo sentía curiosidad y una parte de él quería viajar y explorar el mundo.
Perdido en sus pensamientos no escuchó cuando lo llamaba su padre hasta que éste entró a su habitación.
-hijo ¿por qué no te has arreglado? -le preguntó su padre enojado.
-lo siento padre, no me di cuanta de la hora. -se disculpó Saeng y se apresuró a alistarse para la ceremonia en la que lo presentarían a la sociedad y le harían los tatuajes tradicionales para indicar que ya no era más un niño.
Para Saeng esa ceremonia era importante pues después de ella tendría que buscar pareja para casarse y así ocupar el lugar de su padre.
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La ceremonia transcurrió bien y ahora tinta azul cubría gran parte de su cuerpo. Saeng no podía  dejar de mirar los tatuajes, se sentía adolorido pues nunca le dijeron que eso dolería tanto.
Cuando la fiesta por fin terminó Saeng en lugar de volver al palacio decidió ir a nadar. Mientras nadaba se encontró unos delfines los cuales le invitaron a jugar así que los siguió sin darse cuanta que lentamente se alejaba de la ciudad. De repente algo le dijo que mirara arriba así  que volteó y violó un obrero extraño y enorme el cual parecía brillar con un naranja intenso y lleno de curiosidad nadó a la superficie donde vio que dicho objeto estaba en llamas y un grupo de seres similares a la gente del mar gritaban. En eso ese gran objeto explotó y sus restos se esparcieron por todos lados. Saeng en lugar de alejarse comenzó a explorar los restos hasta que encontró a un muchacho hermoso más o menos de su edad el cual flotaba inconsciente. Saeng lo tomó y lo llevó a la ciudad. Al llegar a la orilla del mar Young Saeng como pudo lo cargó y se lo llevó al palacio una ves ahí lo llevó a su cuarto y lo acostó en su cama. El chico parecía simplemente estar desmayado así que Young Saeng lo dejó dormir. Tomo unas mantas y se durmió en uno de los sillones de la sala que tenía su cuarto.
En la mañana sintió que alguien lo movía como para despertarlo así que lentamente se despertó y abrió los ojos encontrándose con los del chico que había rescatado el día anterior.
Young Saeng al verlo despierto se sobre saltó un poco pero, al ver la cara de preocupación del chico decidió presentarse y explicarle todo al chico.
-no entendí mucho ya que tu coreano es distinto al mío pero ¿me estas diciendo que eres algo así como el príncipe de las sirenas y que me has rescatado del barco donde venía el cuál explotó? – dijo el chico incrédulo.
-ah o sea que esa cosa donde viajaban se llama barco y ¿qué  son las sirenas? – pregunto Young Saeng.
-las sirenas son seres que viven en las profundidades del mar. Son mitad humanos y mitad peces. – le contó  el muchacho. – aunque tu no pareces una en lo más mínimo. Aunque es cierto que tu piel ligeramente azul es un poco extraña además de todos esos tatuajes y del hecho que no llevas ropa.
-que no llevo ¿qué? ¿Ropa? ¿Te refieres a los trapos que traes puestos? – preguntó Saeng. – y ¿por qué usaría? ¿A caso es algo que suelen llevar ustedes los humanos?
-si, estos “trapos" como le dices tú es ropa. – le dijo el chico. – la usamos para cubrir nuestro cuerpo desnudo.
-¿qué es desnudo? – preguntó Saeng sin comprender de qué estaba hablando.
-pues como estás tú  sin nada que cubra tu cuerpo. – le contentó el muchacho algo irritado.
-ah ¿y eso está mal? – preguntó Saeng confundido.
-claro que lo está. Uno no puede ir por la vida sin nada que cubra su cuerpo. – le respondió el muchacho indignado.
-pues en la ciudad nadie lleva nada que cubra su cuerpo. – le contestó Saeng. – siempre ha sido así. Ustedes los  humanos son extraños. A todo esto ¿cómo te llamas?
-me llamo Hyun Joong. había sido secuestrado por unos piratas quienes querían venderme como esclavo. – le explicó Hyun.
-¿esclavo? – Saeng inclinó la cabeza pues era la primera vez que pía esa palabra.
-si, un esclavo ¿no sabes lo que son? – preguntó Hyun.
Saeng negó con la cabeza.
-bueno, son personas a las que obligan a hacer trabajos forzados mientras los maltratan y los mantiene  encadenados para que no puedan escapar. – le respondió Hyun.
-suena terrible. – contentó Saeng sorprendido. – veo que las historias eran ciertas. Ustedes los seres humanos son seres horribles.
-no todos son así. – se apresuró a decir Hyun. – en problema es que la mayoría son malos y tratan a las buenas personas de forma horrible.
Alguien llamó a la puerta interrumpiendo su conversación. Era su padre quien le pedía que bajara pues había varias jovencitas quienes tenían la ilusión de conquistar al corazón del joven príncipe.
-¡ya voy! – grito Saeng.
-¿qué está pasando? – preguntó Hyun.
-bueno, ayer oficialmente me convertí en adulto y ahora tengo que elegir a la que será mi esposa. – explicó Saeng. – antes me hacía mucha ilusión pues al convertirme en rey podría viajar por el mundo pero, después de lo que me has platicado ya no tengo ganas de viajar. Prefiero proteger a mi gente y evitar que los humanos vengan a hacernos daño.
-y ¿te quieres casar? – preguntó le preguntó Hyun.
-es la única forma en que yo puedo ocupar el lugar de mi padre. – le contestó Saeng.
-no te estoy preguntando eso, te estoy preguntando si en verdad quieres casarte. – dijo Hyun indignado.
-no – contento Saeng. – al menos no con una chica. La verdad es que me gustaste desde que te vi y me gustaría que tu fueras mi pareja.
Hyun no supo que responder pues sintió que era demasiado pronto para que Saeng le preguntara eso pues no llevaban ni un día de conocerse. Aunque viendo sincero él también se había enamorado a primera vista cuando lo vio dormido. Al verlo por un momento pensó que estaba soñando pues jamás había visto un ser tan bello.
-lo siento, creo que me precipite un poco. – dijo Saeng algo avergonzado.
-acepto. – dijo Hyun de la nada.
Saeng lo miró con los ojos brillantes y con una gran sonrisa y sin previo aviso lo jalo escaleras abajo en busca de su padre.
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Una ves que le contaron todo su padre se quedó pensando un rato y luego respondió:
-esta bien pero primero, tiene que convertirse en uno de nosotros así que deberá tener  una ceremonia de mayoría de edad y despojarse de esos ridículos harapos.
Dicho esto Saeng comenzó a brincar de la felicidad.
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Al cabo de una semana todo estaba listo. Hyun estaba muy nervioso pues aún no podía creer todo lo que había pasado. El como había pasado de un chico al que iban a vender como esclavo al prometido del heredero al trono de las personas del mar.
Todo el estaba desnudo adornado con joyas preciosas como collares, anillos y brazaletes. Además de pequeñas trenzas adornadas con piedras preciosas.
-¿estás listo? – le preguntó el rey
-si. – le contestó Hyun.
El rey hizo un gesto para que lo siguiera y eso hizo. Lo llevo donde el tatuador quien comenzó a tatuar todo su cuerpo. Hyun sufría por el dolor le causaba la aguja. Nunca se había imaginado que doliera tanto pero, todo era por ese hermoso ángel que lo había salvado de morir ahogado en el mar.
Junto después la ceremonia empezó y todo se sorprendieron pues aunque era igual de bello que todos los habitantes el que su piel no tuviera un tono azulado los extraño un poco. Aún así pudieron ver que era buena gente y que los gobernaría con mucha sabiduría junto a él príncipe Young Saeng. Porque si, todos iban con la intención que conocer al misterioso prometido de su futuro rey.
La ceremonia terminó y seguidamente comenzó la boda.
Hyun se sentía realmente torpe pues no sabía cómo hacer los ritos de boda pero, Saeng le dijo que se tranquilizará pues él tampoco tenía idea.
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Hyun y Saeng fueron los mejores reyes de la historia para las personas del mar. Tuvieron 4 hijos y fueron recordados por el resto de la historia. FIN.