[EXTRA II]

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ESPECIAL NAMJIN.

— Entonces, ¿Entendiste?

Aquello fue lo último que escucho salir de la boca de sus padres. HoSeok, un pequeño de solamente 9 años, miraba por el rabillo de la puerta. Sus padres al parecer ragañaban a su hermano mayor SeokJin. Lo veía llorar contra su mano mientras éstos le acusaban y decían palabras que no tenían sentido para el inocente y pequeño Jung.

SeokJin quito su mano de su cara y miró a sus padres con enojo y tristeza. Una mirada vacía. Se levantó solamente y se dirigió hacia lo que serían las escaleras para llegar a su cuarto. HoSeok quedó atónito ante esto, abriendo sus labios poco a poco y mirando de nuevo como sus papás se peleaban.

Cuidadosamente se fue de ahí para asi mismo subir de igual manera las escaleras y dirigirse hacia la habitación del mayor que quedaba justamente a un lado de la suya. HoSeok, entre pies descalzos, camino hasta llegar a una puerta grande y con pósteres fuera de ella, de un color rosa pastel.

Abrió la perilla sin preguntar antes de entrar. Cuando ya estuvo dentro de la habitación la cual estaba completamente vacía y las luces apagadas, miró al rededor. Solamente encontrando la luz del baño prendida.

Se acercó lentamente y fue ahí donde vio a su hermano quebrar. Su voz sonaba aguda y desesperada. HoSeok podría sentir la tensión, sus ojitos al igual empezaron a lagrimear por el hecho de que su hermano sufriera sin siquiera saber que pasó.

Sin embargo, fue poco. Escucho sonidos provenientes de las escaleras indicándole que sus padres estaban cerca y que si no lo encontraban en su habitación posiblemente lo golpearian.

Corrio rápidamente a la puerta hechando una última mirada a la habitación.

“Espero que Jinnie Hyung esté bien”. Aquel fue su pensamiento antes de irse a dormir.

(....)

Los meses pasaron. HoSeok no sabía a dónde se había ido su hermano, su familia parecía más alterada de lo común, mirando fechas y calendarios desde cualquier dispositivo. Era el mes de octubre, y HoSeok sabía que en estos meses SeokJinnie empezaba con su extraña enfermedad.

Aunque esa vez, era extraño no encontrarlo en casa. Aquello fue, bastante solitario para su pequeño lobito.

Y así pasó hasta que el mes finalizó. SeokJin volvió a casa, con una sonrisa inusual, estaba apagada. No se veía bien, y al contrario de lo que dijeron sus papás de que estaría bien y se la pasaría así, SeokJin regresó con aquello.

SeokJin con 16 años, dio la noticia a sus padres y estos fácilmente se pusieron felices y eufóricos.

— ¡Wow! ¡Por fin haces algo bien! — Grito su papá desde la sala.

HoSeok, no entendía. Hasta ese día, después de esperar unos cinco meses más y ver aún más lleno a su hermano.

— ¿Estas seguro que no tienes una sandia ahí? — Preguntó con inocencia el pequeño niño de cabellos castaños, acostandose aún lado del gran vientre de su hermano.

SeokJin dejó su revista, en la cual observaba una imagen de alguien que HoSeok ya había conocido anteriormente.

—¿Él es el ceo Kim? — preguntó con total emoción tomando la revista. Kim Namjoon era ese tipo de persona que era capaz de tratar a un niño. Siempre lo hizo con HoSeok, desde que lo conoció le dio un trato muy especial.

HoSeok recuerda todo aquello con total felicidad, pero luego nota una mueca en la cara de su hermano.

— No es una sandía HoSeok-ssi — Tomó de nuevo la revista y la dejó sobre el otro lado de la cama, tomando ahora los pequeños brazos de su hermanito y llevándolo hacia el suyo para completar un abrazo entre ambos — Es un bebé — Soltó — Así como cuando tu naciste.

Los ojos de HoSeok brillaron. Pasando de ver la gran barriga a la cara de SeokJin.

— ¿Un bebé? ¿Como yo? ¡Wow! Es genial — Grito moviendo sus bracitos al aire — ¡Yo también quiero un bebé!

Él Omega solamente soltó una pequeña riza nasal y negó — Aún eres muy pequeño...pero, te quería hacer una pregunta ¿Quieres mucho a Namjoon verdad?

HoSeok asintió rápidamente — ¡Es el mejor!

— ¿Y q-que piensas de que él s-sea el papá? Aquí hay un pequeño Namjoonie~— Dictó el Omega de nuevo tocando su barriga.

Él más pequeño se levantó sorprendido mirando todo, nunca lo había pensado.

— ¿osea que Namjoon será como papá?

— Sí HoSeok... Kim Namjoon es papá de Kim Soobin, nuestro bebé.

(....)

 

— ¿Estás bien? — preguntó el alfa acercándose al Omega. Ese día ambos estaban en el hogar del mayor disfrutando tiempo de pareja.

Aquel alfa de 19 años aún disfrutaba de las pequeñas caricias que le daba al hinchado vientre de su Omega.

— Nuestro bebé será tan alto como ambos, lo puedo asegurar — Dijo.

SeokJin tomó sus manos cuidadosamente y las llevó hacia su pecho — ¿Sientes eso?

Namjoon solamente le miró sin decir nada.

— Es el amor que tengo por ambos, no puedo esperar más a que nazca nuestro cachorro.

Si en un principio, ambos no se llevaban bien, actualmente, Namjoon no podría vivir sin SeokJin, ya que este, se había robado una mitad de su corazón.

— Yo tampoco puedo esperar — Respondió con su singular sonrisa la cual derretia aún más al Omega en emociones.

Sin embargo, todo tenía que terminar alguna vez.

SeokJin no soportó el parto, su cuerpo aún era muy pequeño para albergar vida. Se mentalizo tanto que se hizo daño así mismo. Y no solamente aquel Omega, Namjoon estaba roto y herido. Su alfa estaba llorando y no quería mostrar nunca sus orejas.

— Perdón señores Kim — Aquello, fue la gota que derramó el vaso.

SeokJin, quedó estéril. Y aquello le hizo a él y a su lobo caer en una depresión tan grande, de la cual, no podía salir. SeokJin tenía miedo que Namjoon le dejara, después de jurarse amor eterno, pero eso jamás pasó. Namjoon era como su luz en aquellos días. Ambos dándose apoyo, y animandose a seguir sin notar aquello que las otras personas querían de ellos.

Querían formar su propia historia sin importar comentarios ni su propia familia.

Y fue ahí, donde ambos decidieron casarse y formar un lazo que lo uniría por toda la eternidad.

Poco después, actualmente, como pareja, decidieron adoptar a un pequeño niño por nombre Kim Soobin. Y aunque aquello los hirió y recordó tristemente aquella parte de su vida, SeokJin creía fielmente, que Soobin era aquel pedacito de cielo, que no pudo nacer.














     
(N. J. A.

Y con esto terminamos la historia, agradezco mucho a las personas que se dieron el tiempo de leer esta adaptación.

𝑫𝑰𝑽𝑶𝑹𝑪𝑰𝑶Donde viven las historias. Descúbrelo ahora