Mientras miraba con rabia al esqueleto pervertido, vi por encima de su hombro que otro esqueleto se estaba acercando, este me produjo curiosidad, sólo vestía de blanco y negro, menos por un colgante dorado de un corazón.¿?: Suéltala. -Dijo el individuo agarrando el hombro¿? Del otro esqueleto, haciendo que su magia desaparezca de tí por el susto-
¡Mierda..!- Alcancé a decir antes de caer de trasero al suelo, por lo menos no me escucharon, ya que empezaron a discutir.-
¿?: Ya sabes lo que te dijo el jefe, nada de tocar a la humana. -Dijo el esqueleto de la cicatriz, espera ¿pueden tener cicatrices? Qué raros son los esqueletos.-
El otro esqueleto empezó a.. ¿Sudar? Ya que gotitas levemente rojizas empezaban a salir de su cráneo-
Después de esto, el esqueleto rojo desapareció, dejándome a solas con el otro esqueleto de la cicatriz.
-U-Uh... ¿Hola..?- murmuré suavemente tratando de molestarlo, este al notar que estaba tirada en el suelo, se acercó a mí y extendió su mano esquelética-
[¿Debería agarrarle la mano? ¿Y si me va a hacer daño?] -pensaba aterrorizada mientras miraba su mano, pequeñas lágrimas se formaban en el borde de mis ojos azules.
¿?: ¿Vas a agarrarla o no..? -dijo el esqueleto sacándome de mis pensamientos mientras agitaba levemente su mano.
Me llené de valentía y agarré su mano, este solamente tiró de mí y me ayudó a levantarme.
-oh.., gracias- Dije levemente avergonzada sin querer mirarle a.. ¿las cuencas?-
¿?: ¿Qué haces aquí? Creo recordar que te encerraron. -dijo en un tono serio el esqueleto, haciendo que un escalofrío recorriera por mí columna-
Yo... ¡M-Me escapé! Pero por favor, ¡no me haga daño! - chillé con miedo dejando que mis lágrimas acumuladas, corrieran por mis mejillas hasta llegar al suelo, el esqueleto me miraba serio, pero en su mirada se podía percibir empatía.
[¿Tan patética me veo?]- pensé secando mis lágrimas, las cuales no cesaban por el miedo acumulado.-
¿?: Deja de llorar, no te haré da- no te haremos daño. - se corrigió a sí mismo mientras me miraba como si sintiera piedad por mí.-
Está bien.... Soy Hanae.. ¿Y-Y tú? - estiré levemente mi mano hacía él, presentándome tímidamente, este tipo es muy intimidante, aunque me haya salvado del depravado.
¿?: San- Cross. Puedes llamarme Cross. -dijo el esqueleto rechazando mi apretón de manos al cruzar sus brazos.-
[Por lo menos sé su nombre..] -Pensé un poco perpeja-
¿Qué haré ahora?.. Sí vuelvo a entrar seguramente me castigarán.. - mi voz titubeaba al hablar, realmente tenía miedo-
Sí vienes conmigo no te harán nada, te lo aseguro. - Dijo Cross tratando de tranquilizarme, cosa que funcionó.-
Está bien.. gracias Cross. - agradecí añadiendo una pequeña reverencia, cuando me levanté, noté un leve brillo morado en sus pómulos [¿Qué le pasa?] Me pregunté mirándolo con curiosidad.
Bien, vamos. - dijo el contrario dándose la vuelta para volver a la casa, yo simplemente lo seguí pegada a él (sin tocarlo) como pegamento-
Una vez ya dentro de la 'casa'
Ya dentro de la "casa" ya que esta era jodidamente grande, yo estaba en silencio, casi aferrada a Cross como si mi vida fuera en ello, creo que a él le hizo gracia este gesto, ya que lo vi sonreír levemente, es lindo.-