El suceso ocurre.
La ventisca golpea mi rostro siéndome imposible no recordar que conozco cada uno de sus trajes… puedo reconocerlos incluso estando a la distancia. Como el del día lunes por la mañana, aquel tan penetrante como la nieve blanca. O quizás el del miércoles por la tarde, ese hipnotizante similar a cuando mis ojos no logran poder apartarse del gran reloj de pared, en dónde la fina aguja en movimiento está próxima a marcar las seis.
Y ni mencionar… el del día viernes por la noche.
Tan eclipsante… cómo cuando la luna brillante luego de varios largos años en solitario decide acercarse al sol resplandeciente, demostrando que la unión de amabas es sin duda la única maravilla que este mundo debería de apreciar.
Nada se lo compara.
—Oye niño...debes entender que ni el arte humano, ni la proyección de los diversos colores de un paisaje estando en lo más alto de una montaña lo iguala. Las maravillas que señalan los libros son solo monumento distribuidos en diferentes puntos estratégicos dentro de este mundo, culturas antiguas desmoronándose debido al desgaste de la materia y el traspaso del tiempo, siendo reconstruidos para el aprecio de los turistas, el dinero y las fotografías.
Nadie espera su unión.
—Esto que presencias es un eclipse lunar. Lo que tus ojos ven es una acción sencilla de superposición, para ser más específico es cuando la tierra decide intervenir preocupada colocándose entre medio de ambas, la luna llena y el sol resplandeciente. Para preguntarles ¿por qué decidieron estar distanciados si fueron creados para enseñar su unión?
—¡Wuaao!
— La tristeza de nuestro planeta es la sombra reflejada en estos momentos, el color rojizo que ves en el cielo que contornea el círculo negro es el dolor que intenta ocultar la luna, mientras que la fusión dorada es la esperanza que silencia el sol.
—¿Pe-pero estarán juntos? ¿¡Verdad que sí!?
—No lo sé, a las estrellas no les agrada mucho la idea.
—¡Entonces!…yo iré hacia ellas ¡Podemos solucionarlo!
Sus absurdas palabras alteran mi sistema nervioso central, la luz del día retoma poco a poco dejando a la vista que ambos nos encontramos en la parte más restringida del edificio, dónde se podía apreciar con cierto poder de libertad toda la extensión del campus y si descendías la mirada hacia abajo también los tres pisos que cargaba este vejestorio de internado.
Mis piernas articulan junto con mis brazos, me veo obligado a escupir mi cigarrillo encendido para correr y alcanzarlo.
—¡Rápido! ¡Nos estamos alejando!
—¡DETENTE!—grito avanzando— ¡QUE A ESTE PASO A LO QUE MENOS IRAS ES HACIA ELLAS!
Mi palma se estira, he dejado de sentir, el tiempo párese ir lento mientras mi mente y cuerpo luchan para alcanzarlo . Él niño de segundo año corre dispuesto a apoyar el pie sobre el hormigón para luego extender ambos brazos queriendo tocar con sus manos el cielo.
Provocando que toda mi vista se centrará en la suela de sus zapatillas deportivas, que con el trascurso de los segundos se despegan de la superficie plana dejando en claro que estaba dispuesto a saltar.
—¡MIERDAAA!
Grito a todos pulmón, mis ojos se cierran siendo una acción cobarde por miedo de imaginar lo que le sucedería a él cuando diera un paso en falso hacia el suelo invisible, que de seguro cree que está pero que ninguno de los dos logra ver.
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† EXPERIENCIA RELIGIOSA†
Fiksi PenggemarMi tipo idea debe ser alguien malditamente perfeccionista y bendito como eclipsante. Reflejo de la plenitud y la autoridad divina, que obliga al pecador a buscar el perdón y también rogar por otra nueva oportunidad. Debe generar en mí, algún tipo...