Trois

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The French Library

───── ❝ chapitre trois ❞ ─────


LOS BRIDGERTON SE ENCONTRABAN EN LA FIESTA EN HONOR A LA ELECCIÓN DEL DIAMANTE DE LA TEMPORADA.

Se elegía a la señorita más hermosa, de buen estatus y familia benevolente.

Esta temporada, la señorita Edwina Sharma había sido la elegida. Todos los caballeros intentaban cortejarla, pero al parecer la Señorita Edwina ya tenía su atención en alguien.

El vizconde Anthony Bridgerton. Además de encantador y muy agradable a la vista, era un hombre pulcro y letrado.

Lo que cualquier persona podría querer como esposo.

Por otro lado, Anthony al parecer era el único que no disfrutaba el festejo, tenía como objetivo cortejar a la señorita Edwina, pero más bien era por obligación.

Como vizconde, necesitaba a su vizcondesa, pero realmente no necesitaba a alguien a su lado. Solo quería hacer su trabajo y esperar a morir joven, como su difunto padre.

Sentía tanta presión por todo que quería llorar, obviamente no lo iba a ser en público, ya que no soportaría lo que dirían de él.

Como si nada, se paró de su asiento y caminó tranquilamente hacia los jardines del lugar.

Al llegar al jardín de las rosas, se sentó en una banca y se desahogó. Era un llanto desgarrador, nunca había llorado tanto por su vida, solo quería ser libre y dejar de carga todo con su frágil espalda.

"¿Señor, se encuentra bien?" Escuchó una voz, cuando volteó era ni más ni menos que la mujer del árbol, como él le llamaba.

Rápidamente se volvió a voltear tapándose la cara con ambas manos.

"Por favor, váyase" le pidió de manera cortante, odiaba que lo vieran llorar.
"Por favor, no le cuente nada a nadie" dijo de nuevo, tratando de secar sus lágrimas con la manga de su traje. 

La chica sintió pena por el presente, así que, sin importar la respuesta, agarró confianza. "He escuchado que llorar purifica el alma". Miró hacia abajo cuando lo vió voltear de nuevo, con una cara de agonía.

"Llorar es para los débiles, más para los hombres. Se supone que debo ser el más fuerte de mi familia" dijo el vizconde con un sentimiento que no podía describir, probablemente era ira. "Tengo muchas responsabilidades, no tendría que estar perdiendo el tiempo en llorar" 

"Estoy en desacuerdo con usted, mi lord" reprochó la castaña. "Llorar demuestra que eres humano como los demás, aunque tengas cargando el mundo en tus hombros, siempre habrá un momento de fragilidad, como este" dijo sin más, para después voltearse para regresar a la fiesta, pero el llanto del joven se intensificó, pues tenía razón.

"¡Oh dios! ¡No era mi intención hacerlo llorar!" pasó su mano por su cabello, con angustia. "Mejor me retiro" ahora sí se echó a correr, pero la voz rota del castaño la paró.

"¡Espere!" gritó el vizconde, sin pensar. Era la primera vez que hacía algo por impulso. "Si no es molestia, ¿Podría quedarse unos momentos más?" ambos se giraron y se vieron a los ojos. El vizconde de alguna manera se sentía cómodo con la presencia de la joven criada.

"Claro" fue lo único que respondió, nunca había interactuado mucho con alguien de la nobleza. Se tomó la libertad de acercarse más, sentándose a su lado. Esperó un rechazo, pero no sucedió. Anthony veía al rosal, nostálgico. "Le pido una disculpa por este momento tan vergonzoso" dijo afligido, era la primera vez que alguien extraño lo veía llorar. 

"No tiene que disculparse, creo que usted me ha visto en situaciones más vergonzosas" dijo, el hombre recordó esa vez en el parque, y rió. "¿Cómo es que usted no tuvo pena? Si yo hubiera estado en su situación, habría dejado a el animal ahí "preguntó curioso. "Además, ¿Cómo es  que no se lastimó? Fue una altura considerable"

"En realidad, si me lastimé" dijo riendo, pero Anthony cambió su expresión a una preocupada. "Sólo me raspé, pero sin duda la cara de felicidad del pequeño me quitó todo dolor" sonrió nuevamente. "Si yo fuera una tortuga, estaría en los árboles todo el tiempo, así que la comprendo" Anthony rió otra vez. "También en la imprenta, me sorprendió mucho. Enserio disculpe por no tocar"

"Nah, hacía mucho calor y estaba empezando a acalorarme. Me vió en ropa interior, pero valió la pena"

"Usted es alguien inusual, señorita..?" dijo riendo esperando a que le dijera su nombre, dos veces que se encontraban y no sabía nada de ella.

"Dorothy Cotton" Ese nombre se le grabó rápidamente. "Usted es alguien normal, lord Bridgerton" dijo haciendo una reverencia. "Al parecer ya sabes quien soy, pierde su magia. Presentémonos de nuevo" dijo Anthony con una gran sonrisa, todo aquel sentimiento de ira, se había ido por completo.

"Mucho gusto mi lady, mi nombre es Anthony Bridgerton, o puede llamarme, Vizconde Bridgerton" dijo besando la mano de la joven. 

"Es un placer, mi lord. Soy Dorothy Cotton, puede llamarme Vizcondesa de la imprenta" respondió, besando ahora la mano de él. 

Probablemente habría encontrado en la señorita Cotton, una amiga. Y así con Dorothy, encontró un amigo en el vizconde.

Las horas pasaron y pasaron. Hablaron por casi más de una hora. Nadie notaba la ausencia de ambos individuos, hasta que Lady Bridgerton llamó a Anthony.

Sin duda, este sería el inicio de una bonita amistad.

𝓣he french library ⊰⸻ Anthony BridgertonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora