Quatre

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THE FRENCH LIBRARY


───── ❝ chapter quatre ❞ ─────

Eran pasadas las 4 de la mañana cuando Dorothy se despertó abruptamente, había soñado con el vizconde Bridgerton, uno de los hijos de la amiga de su señora, Lady Danbury.

Sacudió la cabeza, tratando de olvidar lo sucedido, pero no podía. Se había sentido tan real. Aquel beso en la mano o hasta el llanto del hombre. Jamás había cruzado palabra con él, siempre que los Bridgerton iban a la residencia de su señora, el vizconde no hablaba, ni miraba a nadie.

Borrando sus incómodos pensamientos, se cambió rápidamente para después dirigirse hacia la de residencia de la familia Quinn.

¿Qué es lo que hacía allí a tan tempranas horas del día? Bueno, la señorita Rachel Quinn tenía una cita con un noble, organizada por su madre, pero no quería asistir, ya qué a la joven rubia no le interesaban los caballeros.

Entonces, le pidió ayuda a Dorothy, para que fuera y se hiciera pasar por ella. 

En realidad, Lady Danbury le había pedido el favor a Dorothy, el noble no había visto físicamente a la señorita Quinn, así que sería todo un éxito su plan.

Las sirvientas la ayudaron a vestirse y a maquillarse, lo cual la hizo sentir rara. Nunca había estado así, siempre ella era una de las muchachas que ayudaban o a la señorita o a la Lady de la casa.

Cuando terminaron, se subió al carruaje junto a Lady Danbury y partieron hacia dicho lugar.

"¿Cómo debería comportarme, mi señora?" dijo la castaña a la morena, quien la miraba un poco asombrada. "No sé como es la persona, ¡Puede ser alguien malo!" Volvió a decir exaltada, definitivamente ella misma se iría si la cita era un viejo rabo verde.

"Tranquila, es alguien totalmente lo contrario" Lady Danbury sonrió, haciendo que Dorothy se tranquilizara un poco, confiaba plenamente en ella. "Ya llegamos, ¿Estás lista?" preguntó mirando a la joven, quien miraba hacia todos lados, no estaba ni tantito lista.

Se bajó del carruaje y se sentó en la banca debajo del gran árbol de flores rojas. Habían muchas tiradas en la pasto, así agarró una. La contemplaba, tocándola suavemente como si de cristal fuera.

"Disculpe la demora, señorita Quinn" Una voz masculina dijo, haciendo que Dorothy volteara.

Era ni más ni menos que Anthony Bridgerton. Se encontraba mirando su reloj, pero inmediatamente miró a la joven, quién cada vez más se volvía roja.

"¿Se encuentra bien? Temo que se ve muy roja" dijo el vizconde un poco preocupado. "No, hay mucho calor aquí, solo es eso" le contestó soplándose rápidamente.

"Bueno, no me he presentado, mi nombre es-" el hombre dijo agarrando su mano para darle un beso, pero ella la quitó. "¿Disculpa?" Fue lo único que pudo decir ante tal acción.

Se miraron por unos pocos segundos, para que después, Dorothy saliera corriendo despavorida, hacia el lago.

"¡Aguarde! ¿Hice al-algo inapropiado?" Salió corriendo detrás de ella, tratando de disculparse. La acción lo había ofendido mucho, pero era una buena candidata a vizcondesa y no iba a echar a perder la cita.

"¡Lo siento mucho! Es que soñé con usted y-" justamente cuando volteó para atrás una piedra se interpuso en su camino y cayó de espaldas, pero lamentablemente, el vizconde tampoco la vió, ya que estaba procesando lo que le acababa de decir la joven.

Él cayó arriba de ella, haciendo que sus bocas se estamparan una con la otra, convirtiéndose en una pose muy incómoda, ambos se despegaron, tocándose los labios. Ambos tenían el labio partido.

"¿Por qué usted soñó conmigo?"

"¿Por qué usted me siguió?"

Hubo un silencio muy largo, solo permanecían mirándose a los ojos.

"Yo también soñé con usted" dijo Anthony para después pararse y tenderle la mano. "Solo que no se veía así" al decir esto, la castaña abrió los ojos como platos, mal pensándolo.

"¡¿Qué?!" respondió haciendo como si se tapara el cuerpo. 

"¡NO! Así no, no era una señorita, era una criada" el corazón de Dorothy empezó a latir con más fuerza. No era posible que hubieran soñado lo mismo.

Aún en el suelo, ella aceptó la mano, parándose al instante. 

"Creo que su labio está roto" dijo Dorothy conteniendo la risa. 

"Creo que el suyo igual" rió el joven vizconde. "Tome" le dio a la mujer un pañuelo color morado, curiosamente del mismo tono de su vestido.

"Tengo que irme, el carruaje ya llegó por mí. Enserio, lo siento." Lady Danbury había visto casi todo, así que decidió que era suficiente por hoy.

"No tiene por qué avergonzarse, probablemente no nos volveremos a ver jamás" Dijo ahora él mirando hacia el piso. "Le prometo que no se contaré a nadie, o tal vez sí " respondió Cotton con una sonrisa traviesa, para después dirigirse al carruaje.

"¿Disculpe? ¡Espere!?" Dijo Anthony alarmado. "¡No le cuente a nadie!" gritó mientras veía como el carruaje se alejaba.

"¡No le aseguro nada, vizconde pervertido!"






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⏰ Última actualización: Aug 09, 2022 ⏰

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