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Todo empezó cuando estaba en el orfanato "Hijos del mundo" de Calm Town, donde yo vivía desde que tenia memoria. Nunca conocí a mis padres, lo único que sabia era que mi madre era prostituta, y mi padre... Creo que era un empresario multimillonario, o algo así me dijeron en el orfanato, creo que los monitores lo decían en tono de broma, ya que después se iban con una sonrisa de oreja a oreja. Yo era un chaval bajito de 8 años, pelo negro, alborotado, nunca me gustó la sociedad en general, era denominado como "antisocial" por el grupo de monitores, pero, todo cambió cuando el entró al orfanato. Se acercó a mi con velocidad, invadiendo mi espacio personal.

-Hola, soy Anacleto, como te llamas tu?- Dijo el niño nuevo. Era un pelín mas alto que yo, con mechones verdes y negros saliendo de su pelo. Era un chaval muy activo, cosa que nunca me gustó de el, pero tampoco podía hacer nada para cambiarlo.

-Me... Me llamo Alexander- Dije yo, tímido, ya que nunca socialicé con nadie hasta ese preciso momento. Estuvimos un rato hablando, hice buenas migas con el, era un buen chaval después de todo.  Cerca nuestro pasó la monitora Emilia, la cual era como una madre para mi.

-Vaya, asique no hizo falta hacer las presentaciones verdad?- Dijo Emilia, haciéndome sacar una sonrisa. Lo negué con la cabeza, y miré a Anacleto, en sus ojos vi que quería hacer muchas amistades, pero se le iba a hacer difícil, ya que cuando alguien se juntaba conmigo, la tachaban de rarito como yo, pero no le importó, ya que conmigo estaba tranquilo.

Cayó la noche, y como los monitores vieron que Anacleto y yo hicimos lazos rápidamente, le dejaron hospedarse en mi cuarto. Fue bestial tenerlo dentro de mi habitación, estuvimos hablando hasta altas horas de la noche... Pero  justamente cuando empezamos a dormirnos quise saber mi gran pregunta desde que lo conocí.

-Oye Anacleto, ¿Por qué entraste aquí dentro?- Dije yo, con la curiosidad hasta las nubes. Se le cambió la cara de golpe, y se le hizo un nudo en la garganta.

-Mis padres se chocaron contra otro coche hace poco... no me gusta hablar de este tema...- Y de repente se puso a llorar. Con impulso lo abracé fuerte y dejó de llorar después de un rato. Acto seguido le dije desde lo mas profundo de mi corazón.

-Te prometo que voy a protegerte, cueste lo que me cueste-

Después de eso todo empezó a quebrarse en mi vida

GhostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora