CAPITULO 3

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   ELEONOR

-Abuela ¿la encontraste?-pregunta un chico rubio al llegar -Henryyy-dice la anciana, que al parecer es su abuela-sí, es ella, estábamos a punto de llamarte.

-¿te encuentras bien?-pregunta el chico el cual al parecer se llama Henry-¿te duele el brazo? Veo que sí lograron lastimarte-dice el, pero puedo percatar algo de frustración en su voz, pero a la vez molestia.

En ese momento alzo mi mirada y de lo primero que me percato es de sus hermosos ojos, estos son la combinación de un hermoso azul cielo junto con un verde, eran hermosos y súper profundos.

-no se preocupen estoy bien, con un buen vendaje en casa estaré bien.

-no puedo dejar que te vayas a tu casa en estas condiciones y mucho menos con esos hombres sueltos por ahí-dice la anciana-me gustaría acompañarte a tu casa; y así poder agradecerle a tus padres por haberte crido de tan buena manera y poder llevarte con un buen doctor para que así puedan checarte el brazo.

-¿Cómo te llamas?-dice el rubio de ojos lindos, lo cual me desconcierta un poco por lo directo que fue.-para así poder agendar una cita mañana en el hospital, ya que dudo que prefieras que te lleváramos nosotros, digo, por los acontecimientos anteriores.

-Eleonor, mi nombre es Eleonor Venezio.-digo al escuchar su explicación, la verdad agradezco que comprenda que no me subiré a su auto y que tampoco iré con ellos a un hospital.

- muy bien, permíteme hacer una llamada para programar la cita con el doctor.-y así es como se aleja un poco para realizar la llamada, dejándome sola con su abuela.

-Mi nombre es Mileva Engstrom, cariño-dice la anciana, a lo cual solo sonrió.

-mucho gusto señora Mileva, y perdón si la preocupe antes.

-la que debe agradecerte soy yo querida, tu arriesgaste tu vida por mí, y créeme que no cualquiera aria eso.

-no fue nada, quédese tranquila-justo en ese momento llega el joven de ojos lindos a nuestro lado.

-¿qué te dijo el doctor, Henry?-pregunta la señora Milena al verlo.

-saque la cita con el medico mañana a las 10 AM, espero no le moleste señorita Eleonor, es en el hospital privado el Misisipi-espera, acaso dijo PRIVADO ¡¿¡cómo espera que yo una chica con 18 años y que vive en un barrio como estos, pueda siquiera pensar en que podría pagar un hospital tan elegante y lujosos como ese? Ni siquiera trabajando un mes completo sin descanso y sin gastar nada de mi sueldo me alcanzaría para mínimamente que me dejaran pasar a un hospital así!!!-el doctor es un amigo de la familia, y por los gastos médicos no te preocupes que corren por mi cuenta.

-no se preocupen en verdad, les aseguro que con un pequeño vendaje mi brazo estará como nuevo en unos días, además ya ni me duele-en realidad mentía, CLARO QUE ME DOLIA, pero por obvias razones no quería que ellos lo supieran.

-tranquila, sé que no quieres molestarnos y créeme no lo haces, es un gusto para mí, ehm, bueno para nosotros poder ayudarte después de lo que hiciste por mi abuela y créeme cuando te digo que es lo menos que podemos hacer en estos momentos ya que te aseguro que cuando mi abuelo se entere, te buscara y hará de todo para agradecerte que hayas salvado a mi abuela arriesgando tu vida en el proceso.-dice Henry tratando de convencerme de que acepte su propuesta, y pensándolo bien creo que lo mejor será aceptar, puedo ir mañana hacerme un chequeo rápido en el brazo y luego irme .

-está bien acepto-digo no muy convencida, a lo que puedo percatar que una pequeña sonrisa de lado se le escapa al lindo rubio.

-muy bien mis niños, creo que es hora de que todos vayamos a casa ya que está oscureciendo y es peligroso andar solos por esta calles, Henry, ¿por qué no acompañas a Eleonor a su casa, uno de los choferes de tu abuelo vendrá a recogerme y luego vendrá por ti, así nos aseguramos de que ella llegue bien a su hogar?

LAS FRESAS DEL JARDINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora