Atrapados en la iglesia

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Teníamos que aguantar, los espíritus daban golpes para entrar, pero como no podían entrar estábamos tranquilos, pero igualmente pensábamos lo que podría pasar. Estábamos aburridos jugando al teléfono, esperando que llegaran las 6:00 para librarnos de los espíritus y poder dormir tranquilos. Cada vez faltaba menos, estábamos muy nerviosos porque eran las 5:55, solo 5 minutos más, creíamos hasta que, ding dong, ya eran las 6:00, los espíritus se marcharon y el cura estaba llegando para la desintoxicación.

La vida en un sin finDonde viven las historias. Descúbrelo ahora