Parte 2

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No podía dejar de correr. No permitiría que una niña pequeña me ganase a este juego. Me metía en habitaciones, pero ella siempre me localizaba así que decidí buscar la salida del edificio para que no me encontrara tan fácilmente. Corría y corría y sentía cada vez más alejado el suspiro de la niña ¿habría conseguido perderla? Todo apuntaba a que por fin ganaría el juego y saldría de aquel edificio al mismo tiempo. Mi pulso se relajaba y sentía que mis músculos se destensaban al comprobar el exterior tras la siguiente puerta, cuando de repente una pequeña mano me tocó la pierna, bajé rápidamente la vista, confirmando mi temor...era ella. Había ganado y yo irremediablemente sentía que había perdido. Había perdido todo y cada vez comprendía menos la situación. Nos encontrábamos en la salida de un hospital abandonado. No tenía ni idea de quién era esa niña y qué hacia allí, eran las 3 de la madrugada...


Rocío J.

Historias para no dormirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora