María, una amiga mía, me propuso escaparnos del campamento e ir a buscar al ser tan misterioso de la famosa leyenda, yo no quería ir pero no iba a dejar que fuese ella sola. La acompañé, era muy de noche y ya habíamos andado mucho, estaba cansada, pero María estaba entusiasmada y mirando bien cada rincón. Ella hace esto todos los años que viene ya que su sueño es encontrarlo.
Pasó un buen rato y de repente me desorienté, no veía por ningún lado a María y empecé a sentir terror, tenía miedo de que a ella le pudiese haber pasado algo, así que saló corriendo para avisar a un monitor, pero me caí y cuando me desperté estaba en una especie de cueva con Lucía, Julia y Ana, son antiguas niñas que venían al campamento hace unos años, se les veía descoloridas.
No entendía nada hasta que llegué a ver una estantería llena de botes de sangre, antes de poder pensar nada, entró María por la puerta y sin decir ni media palabra cogió una inyección llena de sangre y se pinchó. Las pupilas de sus ojos se agrandaron y las venas del cuello se marcaron mucho, ¡ella era el "monstruo" de la leyenda! Usaba nuestra sangre para seguir con vida y hacerse más fuerte. Jamás me lo podría haber imaginado pero tenía una idea para pararla, me costaría la vida pero también acabaría con esta locura. Tenía ibuprofenos en el bolsillo y lo mezclé con el alcohol que había en una mesilla cerca de mí, me bebí la mezcla sin que nadie se diese cuenta y al rato vino a sacarme sangre. Yo sabía que ese mejunje me había infectado la sangre y era mortal, María dejaría de secuestrar niñas inocentes, de las cuales a muchos las había matado y a otras casi, ya que les faltaba mucha sangre. Yo oba a morir igualmente, antes o después así que aquí se acababa toda su vida y por consecuencia, la mía.
Malena
ESTÁS LEYENDO
Historias para no dormir
Mystery / ThrillerEl terror es tan adictivo como escalofriante...aquí surgen nuevas historias que harán poner la carne de gallina e incluso reflexionar.