Parte III: Equilibrio

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Louis

Days//The Drums

Una luz radiante fulminaba sus ojos, obligándolo a abrirlos

Maldita sea, otra vez olvidé bajar las persianas.

Un gran brazo lo tenía atrapado por la cintura. Era Finn, el escocés con el que había estado teniendo noches casuales. Demasiadas. Tal vez era hora para dejar de llamarlo algo casual.

Era bonito, ojos azules, tez pálida y unos centímetros más alto que Louis. Era atento y dulce, muy divertido también, hizo reír al castaño desde el primer día que se conocieron.

Pasaron de cruzarse algunas veces en el hostal, a hablar en el jardín mientras bebían té y pasaron de eso a tener salidas a algunos bares y esas salidas empezaron a terminar entre sábanas enredadas.

Louis no lo admitiría, tampoco era necesario hacerlo, pero Finn era el segundo hombre con el que había estado en toda su vida. Siempre creyó que si dejaba a Harry volvería a ser virgen porque no sería capaz de estar con alguien más. Esa idea cambió cuando conoció al escocés y éste lo hizo sentirse en demasiada confianza, no pudo oponerse a esos ojos, no era de piedra.

Las primeras veces solía sentirse algo sucio después del sexo, sentía que había traicionado a Harry. Luego esa idea fue ocupada por un simple y conciso: "a la mierda Harry".

Su vida últimamente se resumía en eso: pasear por las calles de Berna intentando borrar absolutamente cualquier recuerdo del rizado, viajar a ciudades y países vecinos, bailar en las noches con desconocidos que se convertían en personas importantes con cada momento que compartían, tomar fotos de lugares que quería recordar para siempre y dejarse seducir por un bonito acento escocés.

Le costó mucho deshacerse del recuerdo de su ex y tenía que admitir que no estaba del todo borrado ¿Quién podía culparlo? Había sido su novio en la etapa más importante de su adolescencia e incluso vivían juntos; podía mofarse de la relación y decir que odiaba a Harry, pero eso no borraría nada en realidad. Cuando su madre le confesó que el rizado lo estaba buscando con desesperación quiso tirar la toalla y volver a él, pero fue allí cuando Finn apareció, como por obra del universo.

Milagroso universo.

Finn—murmuró en un intento de despertar al chico, nada. El escocés tenía el sueño más profundo que alguien pudiera tener—. Finn necesito levantarme.

—Mhm, luego—contestó adormilado. 

—Voy a orinar en la cama si no me sueltas—amenazó divertido y sintió como se aflojaba el agarre.

Caminó por los pasillos sin camiseta hasta llegar a los baños compartidos. Conocía a la mayoría de los chicos y chicas que se hospedaban allí y ya no se sentía incómodo con ellos mirándolo, también se debía un poco a que había recuperado algo de confianza desde que estaba en Suiza. 

Al pasar cerca de uno de los grandes ventanales que había en el hostal se arrepintió inmediatamente el llevar su torso desnudo, al parecer solo la cama estaba cálida, siguió, no podía volver atrás ya que en serio sentía como su vejiga cedía lentamente. 

Cuando volvió a la habitación, un bonito chico seguía esperándolo allí, decidió tirarse sobre él y dejar que sus musculosos brazos lo atraparan. Agradecía que Finn lo dejara ser tan pegajoso, porque Louis realmente amaba serlo. 

Do me a favour (L.S)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora