Sano's Dynasty [Terminada] [Takemichi x Mikey]

Capitulo 4: Amenazas

Mikey disparó también.

Alzó el arma en un movimiento reflejo en el mismo instante que Takemichi caía al suelo, disparó contra las rodillas del tipo, no iba a matarlo, pero no iba a volver a caminar en su puta vida, escuchando los gritos a su alrededor y todos intentaban escapar del lugar, la música deteniéndose en un instante, y desatándose el caos, todos marchandose y ellos quedandose ahi, le hizo gritar al tipo y el también lo hizo, en un furioso tono.

-¡Rindou!, ¡Ran!.-Gritó esta vez, ellos apareciendo en un segundo en el lugar, con una sola mirada de el entendiendo lo que tenían que hacer.-¡Llamen una ambulancia!, ¡Encierrenlo pero mantenganlo con vida!, ¡De el me encargo yo!.-Les ordenó, y sin importarle nada más se inclinó hacia Takemichi, sus manos temblorosas presionando sobre la herida en su hombro, tan peligrosamente cerca de sus pulmones, sus dedos llenándose de la sangre roja, tibia y espesa que caía con demasiada rapidez, los ojos azules mirándoles inundados de dolor, Mikey sintiendo solo pánico en su interior, su corazón apretándose en su pecho.-Takemichi...-Su nombre escapó tembloroso.

-¿Estas bien?.-Le preguntó, porque le importaba más el y Mikey rió un segundo, sobrepasado por los nervios.

-El disparo te llegó a ti, Takemichi, no te preocupes por mi, solo, solo mantente despierto, por favor.-Le pidió en un ruego, este cerrando los ojos en dolorosas respiraciones a instantes, luego de unos segundos que fueron demasiado lentos comenzando a ser arrastrado por la oscuridad.-¿Takemichi?, ¡Takemichi!, ¡No te duermas!.-Siguió diciéndole, desesperandose con cada segundo que pasaba y la ambulancia no llegaba, sus pensamientos tan rápidos y frenéticos.

Para cuando lo hizo Takemichi estando enfermizamente pálido, Mikey se paralizó en su lugar, solo viendo el charco de su sangre en el suelo mientras lo sacaban, luego mirando sus manos cubiertas de sangre, no era la primera vez que estaban así, se había manchado de ella muchas veces antes, pero esta era la primera vez que era de alguien que le importaba, por la que sentía algo más que frialdad, o resentimiento.

-Mikey...-Rin le llamó más suavemente, atrayendo su atención, diciendo su nombre para que le mirara, ni siquiera lo habia visto llegar.-...Deberías cambiarte de ropa y limpiarte, estás lleno de sangre.

-Tengo que ir al hospital...-Murmuró perdido, Rin tomando su rostro en su mano, obligándolo a mantenerse ahí, en el presente, despierto.

-Te llevaré con el, pero no puedes manejar, y no puedes entrar así, tus cosas están en la oficina.-Le dijo, y el asintió confusamente antes de dirigirse al lugar, se lavó las manos y mientras veía el agua desaparecer entre el agua, tiñendola roja, solo sintió más dolor, lágrimas inundándole los ojos, haciéndolos arder, si moría, sería su culpa, pesando en el el momento en que le habia mentido.

Respiró temblorosamente, apenas logrando hacerlo a través del nudo en su garganta, se movió con rapidez entonces, cambiándose por unos pantalones y una camisa limpias, poniéndose los zapatos y la chaqueta de cuero negra antes de salir del lugar, Rindou estando esperándole en su auto afuera, el estando con su arma lista por si venían por el otra vez.

Mientras iban en dirección al hospital, apenas atinó a mandarle un mensaje a Draken diciéndole donde estaban llevando a Takemichi, y el porqué, contándole todo lo que habia pasado, cerró los ojos con fuerza unos segundos, ante la molestia en su voz.

Llegaron un par de minutos después y ellos todavía no podían decirle nada acerca de cómo estaba, así que solo le quedaba esperar, se mantuvo de pie en el lugar mientras Rin terminaba de estacionar el auto, esperando en silencio por noticias, o cualquier cosa, temiendo con toda su alma que ellos aparecieran solo para decirle que habia muerto.

Si no hubiera estado tan perdido en sus propios oscuros pensamientos quizás se habría dado cuenta de que Draken y Emma venian juntos, junto a alguien mas. Sanzu se acercó apenas lo encontró, y le miró furioso, en toda su altura luciendo intimidante, Mikey forzándose a mantener la cabeza en alto incluso cuándo todo su interior tembló. El parecía un huracán de simple y pura furia, y el solo podia resistir hasta que pasara.