Sano's Dynasty [Terminada] [Takemichi x Mikey]

Capitulo 7: Mentiras, y mas mentiras.

Takemichi intento concentrarse en su comida, pero era dificil con el pie de Mikey moviendose un poco mas arriba entre sus piernas, alterando todo su cuerpo con su roce, el sin apenas prestarle atencion frente a su familia, hablando sobre asuntos de negocios de los que Takemichi no podia estar menos interesado cuando el estaba tocandolo.

No entendia como el podia lucir tan tranquilo mientras estaba acabando con su cordura y le provocaba suaves escalofrios ante los roces entre sus piernas, tan arriba como podia, al saber lo peligroso que era todo Takemichi comenzo a sentirse cada vez mas nervioso, intentando esconder sus emociones de su rostro, le costaba demasiado, usualmente podria, pero Mikey por alguna razon le alteraba de sobremanera por dentro, hasta el mas minimo roce le hacia enloquecer, cerro los ojos unos momentos, maldiciendo en su mente.

-¿Estas bien Takemichi?.-Pregunto Mikey en un preocupado tono, inclinandose hacia adelante en la mesa, y quizas siendo Baji y Koko los unicos en ver la tenue burla en sus ojos al hablarle, estaba claramente disfrutando de alterarlo sin que pudiera hacer nada. Takemichi abrio la boca para hablar pero se detuvo de golpe cuando el presiono justo entre sus piernas al acercarse mas, le tomo unos segundos recuperar la voz.

Y al ver la malicia en sus ojos podia saber que estaba vengandose de el por ese dia con Izana, no le habia hecho algo muy diferente ese dia, la diferencia siendo que el si lo habia tomado en su boca, lo que Mikey no podia hacer a menos que Takemichi quisiera recibir una dolorosa tortura de ser visto, por que claro que se enojarian con el menor de los Sano, pero a el no lo dejarian morir, el unico en riesgo ahi era Takemichi.

-Solo, mi herida duele.-Respondio rapidamente, intentando concentrarse, Mikey no presionando mas, solo dejandole sentirlo tan dolorosamente cerca de donde le necesitaba, el menor de los Sano volviendose hacia una de las personas de servicio sin alterarse.

-¿El medico ya se fue, no?.-Solo estaba haciendo un teatro por que el mismo le habia pagado mas para que se fuera antes y poder robarse a Takemichi de la cena.

-Despues de curar al señor Haitani.-Asintio ella, Mikey suspiro antes de apartarse, solo entonces Takemichi volviendo a respirar, levantandose con rapidez de la mesa bajo la mirada de todos los presentes.

-Muy bien, revisare yo tu herida entonces.-Le aviso entonces, en un tono lleno de seguridad que no dejaba espacio a la duda.

-Manjiro...-Comenzo a decir Izana como una advertencia, no gustandole demasiado la idea de dejarlo marchar con el, pero sabiendo que no podia dejar la mesa por que como segundo al mando estaba obligado a quedarse, seria una falta de respeto para Shinichiro y todos los altos mandos, su hermanito menor mirandole como si nada.

-Que malo seria para nosotros dejar que la mano derecha de Haruchiyo Akashi se desangrara en nuestra mesa, ¿Realmente quieres arriesgarte?.-Pregunto sin alterarse, Izana no pudo replicar nada mas, Mikey miro entonces a Takemichi.-Levantate y ven conmigo.-Le ordeno con firmeza, sin dejar de sonar amenazante, mas para los demas que para Takemichi en realidad.

El asintiendo con la cabeza y poniendose de pie con cuidado, solo agradeciendo que Mikey hubiera tenido la consideracion necesaria para no dejarlo con una ereccion en medio de la cena con su sobreprotectora y peligrosa familia. Lo siguio a traves del pasillo al dejar la mesa, eligio el estudio y busco el botiquin, dejandolo cerca de el.

Se acerco a Takemichi y el no alcanzo a decirle nada cuando lo empujo hacia abajo en el sofa del lugar, los ojos azules abriendose sorprendidos, Mikey acercandose y sentandose a horcajadas sobre sus piernas al inclinarse por su boca, rozando sus labios, Takemichi estando perdido en el primer movimiento, las manos de Mikey subiendo y acercandolo mas por los mechones oscuros de su cabello.

Siguio los movimientos con sus manos subiendo a sus caderas, acercandolo mas en su direccion, ignorando el tenue dolor que le provocaba el presionar sus musculos apenas curandose, su sorpresa o cualquier queja se las trago, dejandolo moverse y rozarse con el como se le daba la gana hacer, subiendo la temperatura en los cuerpos de ambos, acelerando sus respiraciones y sus corazones.